Existen dos posibilidades a la hora de alquilar un piso: hacerlo mediante agencia o de manera directa entre particulares. Sin embargo, alquilar con una agencia supone un mayor gasto económico en comparación a hacerlo directamente a un particular. Pero ¿merece la pena?
Ventajas de alquilar el piso a un particular
Alquilar un piso a un particular cuenta con una serie de ventajas respecto a hacerlo con una inmobiliaria, sobre todo en lo que a ahorro de costes se refiere. Te contamos las principales ventajas de alquilar un piso a un particular.
Ahorro de dinero
La mayor ventajas de alquilar un piso a un particular es el ahorro económico. Si decides alquilar con la ayuda de una inmobiliaria y la operación se cierra con la firma de un contrato de arrendamiento, ésta cobrará unos honorarios equivalentes a una mensualidad o a un porcentaje sobre la primera anualidad de renta.
Al alquilar el piso directamente a un particular, la gestión se realiza sin intermediarios y ese dinero en concepto de honorarios no habría que abonarlo, lo que supone un ahorro significativo.
Trato directo entre propietario e inquilino
Al hablar directamente con el propietario del inmueble puedes solucionar muchos problemas derivados de malentendidos de forma rápida y sencilla.
Si interviniera una agencia inmobiliaria, se incluiría a un tercero en la comunicación entre las partes, lo que puede impedir la fluidez en algún momento.
Negociación más rápida
Si en la operación de arrendamiento intervienen sólo el arrendador y el arrendatario, se puede negociar el contrato personalmente y en base a los requisitos que exija cada uno. Esto permite una mayor rapidez en la negociación del contrato y en la firma del mismo.
Desventajas de alquilar el piso a un particular
Como todo en la vida, elegir esta forma de alquiler también tiene su lado negativo. A continuación puedes ver cuáles son las desventajas de alquilar un piso a un particular.
Inversión de tiempo
Si te ocupas de buscar un piso por tu cuenta, tendrás que invertir tu tiempo en realizar búsquedas en Internet, seleccionar viviendas, llamar por teléfono o escribir a los propietarios, visitar los pisos, seleccionar el más adecuado y negociar las condiciones del alquiler.
Desconocimiento de la operación
En ocasiones, debido al desconocimiento, las partes de un contrato de arrendamiento pueden incluir pactos que van contra la Ley de Arrendamientos Urbanos y que en el futuro pueden suponer un problema.
Confianza bilateral
Ante la ausencia de intermediarios que velen por el cumplimiento de los acuerdos, la única opción es confiar en la palabra de ambas partes. Además, los cambios y ajustes suelen realizarse verbalmente, sin dejar acuerdo por escrito. No hay intermediarios, así que hay que confiar en que el casero cumplirá con lo pactado.
Demora en los trámites
Las gestiones burocráticas dependen del propietario del inmueble, por lo que puede haber demora en estos asuntos. Otro trámite complicado suele ser la fianza: no se sabe qué pasa con la fianza, si se ha llevado al organismo competente o no. Y, a la hora de devolverla, suelen poner más problemas.
Cuándo merece la pena alquilar con agencia
Alquilar con una agencia es un servicio que facilita mucho la tarea de búsqueda a los futuros inquilinos.
El beneficio más significativo es el enorme ahorro de tiempo y de preocupaciones que supone: una vez fijados los requisitos y criterios de búsqueda, en cuestión de semanas (o incluso días) podrías estar instalándote en tu nuevo hogar. Por otro lado, las agencias cuentan con una amplia red de contactos y de viviendas, lo que te permite elegir entre multitud de opciones sin mucho esfuerzo y con la confianza de que toda la cartera de pisos está registrada entre la oferta de la inmobiliaria.
Otro punto a favor es el apoyo y asesoramiento personalizados. Las agencias funcionan como intermediarias entre los propietarios y los inquilinos y, por lo general, se encargan de todo el papeleo legal y bancario. Las gestiones se agilizarán y el agente inmobiliario responderá a los problemas que puedan surgir más adelante entre ambas partes.
En resumen: aunque introducir a un tercero en el proceso de arrendamiento tenga unos costes mayores, es recomendable acudir a expertos en la materia que no sólo buscarán el bienestar de ambas partes, sino que ofrecerán asesoramiento legal y las garantías de que todas las gestiones que se realicen se llevarán a cabo sin contravenir norma alguna.