Hoy nos hemos levantado con un triste reportaje de TV3 que pone de relieve el lado más oscuro del alquiler turístico. En Sort, en la provincia de Lleida, la oferta de alquileres es tan escasa (en estos momentos solo hay un piso en alquiler en Idealista) que algunos estudiantes de FP del Institut Hug Roger III se han visto obligados a vivir en un camping.
El caso del alumnado de Sort
Tal y como cuenta la propia jefa de estudios del instituto de formación profesional en el que estudian los chavales, todos los años hay al menos un centenar de alumnos de fuera de Sort matriculados en los distintos ciclos que ofrece el centro. Algunos de estos estudiantes se desplazan en coche desde localidades cercanas, mientras que otros requieren de una alternativa habitacional en el municipio. Son precisamente estos últimos los que se han dado de bruces con la nula oferta de vivienda en alquiler en Sort.
En el caso del Ciclo Superior de Animación de actividades físicas y deportivas se da la circunstancia de que ninguno de los 40 alumnos matriculados es de Sort, algo que les obliga a vivir en el mejor de los casos a tres cuartos de hora del municipio y en el peor en pensiones o en campings.
Uno podría pensar que, con apenas 2300 habitantes censados, Sort simplemente padece los males típicos de los pueblos pequeños, cabría pensae que como vive poca gente, hay poca vivienda en alquiler, es normal.
Ahora bien, las inmobiliarias de la localidad (hay tres) ofrecen un poco más de perspectiva de la problemática. Desde Finques Pallars, una inmobiliaria que lleva más de 30 años operando en la zona, dejan muy claro cuál es el origen de la escasez de vivienda: no hay pisos para alquiler de larga estancia porque los propietarios optan por el alquiler turístico ya que este les ofrece una mayor rentabilidad.
Si echamos un ojo al Instituto de Estadística de Cataluña, podremos comprobar como el número de viviendas turísticas de Sort casi se ha triplicado desde 2015, pasando de 53 a 131, mientras que el número de plazas en este tipo de establecimientos ha aumentado de 292 a 721 en estos mismos años. Recordemos que el famoso pueblo de la lotería tiene poco más de 2000 habitantes. En Idealista hay 40 inmuebles a la venta pero solo uno en alquiler (tres habitaciones por 650 euros al mes). En Booking aparecen 27 casas y apartamentos en alquiler, el más barato a unos 70 euros la noche.
Naut Aran, un pueblo con el triple de plazas turísticas que habitantes
El caso de Sort no es ni de lejos el más preocupante, y es que la cercanía al Pirineo y a la estación de esquí de Baqueira-Beret ha disparado en los últimos años el número de viviendas turísticas en la zona.
A 70 kilómetros de Sort se encuentra Alto Arán (Naut Aran), un municipio de 2000 habitantes que ya cuenta con 6000 plazas en viviendas de uso turístico. Si consultamos de nuevo el Idescat, veremos que las viviendas turísticas en Naut Aran han pasado de 289 en 2015 a 1149 en 2022, siendo uno de los municipios con el metro cuadrado de suelo más caro de toda Cataluña.
Este ayuntamiento es uno de los pocos en Cataluña que apuesta abiertamente por este tipo de establecimientos turísticos. En palabras de su alcalde a Catalunya Radio: «en Naut Aran vamos a un modelo totalmente diferente al del resto de la Vall de Arán. Aquí la gente apuesta por viviendas turísticas porque los visitantes pagan 10.000 euros por una semana«.
Cuando te toca estudiar en un paraíso del alquiler turístico
Esta problemática no es exclusiva del Pirineo catalán, y es que el dilema habitacional que junta turismo y estudiantes se nota también en muchas otras zonas.
Justamente, el diario francés Le Parisien publicaba hace un par de días un completo reportaje en el que señalaban que, como novedad de este curso académico, estudiantes y profesores de la Universidad de Aix-Marsella, estaban optando por bungalows y tiendas de campaña en un camping cercano. Una decisión motivada únicamente por la falta de vivienda asequible, la cual es mucho más acuciante en las zonas turísticas.
En el caso de estos estudiantes franceses, vivir en un camping todo el año les supone hasta un 30% menos de gasto que hacerlo en un alojamiento tradicional. Allí, el alquiler mensual de un bungalow no cuesta más de 500 o 600 euros al mes.