Alquilar una propiedad con seguridad es una prioridad tanto para caseros como para inquilinos; en este sentido, la solvencia del inquilino es, lógicamente, uno de los factores clave para garantizar que el arrendamiento no sea un constante quebradero de cabeza. Precisamente por eso, los propietarios suelen seguir que se cumplan una serie de criterios y baremos rigurosos para asegurarse de que la persona interesada pueda mantener sus obligaciones financieras a largo plazo.
Historial financiero y crediticio
Uno de los primeros pasos que toma un casero para evaluar la solvencia de cualquier candidato a inquilino es revisar el historial crediticio del mismo. Esto permite al propietario tener una visión clara del comportamiento financiero (pago de deudas anteriores, créditos y préstamos) de la persona que ocupará su inmueble. Un balance positivo en este aspecto será siempre una buena señal de confianza, ya que se trasmite calma y tranquilidad al futuro casero.
Precisamente por eso, es recomendable que los inquilinos preparen informes crediticios actualizados. Del mismo modo, los propietarios también suelen solicitar referencias financieras de arrendadores previos o de los bancos en los que se pueda tener una cuenta abierta. Precisamente por eso mismo, ser un buen inquilino, que siempre acaba en buenos términos con sus arrendadores, es la mejor manera de garantizar que, en el futuro, de cara a solicitar nuevos inmuebles, no habrá reticencias por parte de los propietarios.
Ingresos estables
Tener una fuente de ingresos estables y suficientes es crucial para convencer al propietario de que se podrá pagar el alquiler de manera regular. Muchos caseros solicitan que los ingresos sean al menos tres veces superiores al importe mensual del alquiler (es la conocida regla del tercio o del 30%). Esto les da confianza de que, incluso en caso de gastos imprevistos, el inquilino será capaz de cumplir con el pago del alquiler.
Para demostrar los ingresos, se pueden presentar nóminas recientes o contratos laborales. Sin embargo, si no se cuenta con una nómina, no todo está perdido, ya que existen trucos que permiten al inquilino salir airoso de este paso. En estos casos, siempre se puede recurrir a otros documentos que demuestren solvencia, como extractos bancarios o declaraciones de la renta.
Contrato laboral
Tener un empleo estable y con contrato fijo es otro de los factores que los propietarios observan de cerca. La estabilidad laboral indica que es probable que se mantenga un flujo constante de ingresos durante todo el tiempo que dure el contrato de arrendamiento.
Si se es autónomo o freelancer, se puede demostrar solvencia mediante una combinación de informes de ingresos, facturas y un historial financiero sólido.
Referencias personales y de arrendadores previos
Para muchos caseros, las referencias de arrendadores anteriores son cruciales. Estas referencias pueden confirmar si se ha sido un inquilino responsable, puntual en los pagos y cuidadoso con la propiedad alquilada. Es común que los caseros llamen a tus anteriores arrendadores para obtener esta información. Precisamente por eso, siempre es necesario asegurarse de tener disponibles los datos de contacto de estos, así como su autorización para compartir sus referencias.
Ojo, no nos referimos aquí exclusivamente a que los caseros previos estén contentos en lo referente a los pagos, sino a que tengan una satisfacción general con el inquilino durante el tiempo que ha sido el arrendatario. Un inquilino que pague es siempre una buena noticia, pero uno que, además, no genera conflictos y que facilite una convivencia pacífica lo es por partida doble.
Por otro lado, una carta del empleador también puede reforzar la imagen del candidato, especialmente si incluye detalles sobre la estabilidad en el puesto de trabajo y del comportamiento responsable en el entorno laboral.
Ahorros y garantías
Si bien un ingreso estable es importante, tener ahorros puede marcar la diferencia. Mostrar que cuentas con un colchón financiero puede ayudar a calmar las preocupaciones del casero sobre posibles problemas futuros de pago. Algunos propietarios incluso podrían aceptar una suma mayor de fianza o depósitos adicionales si ven que no se cumple al 100% con otros criterios, como ingresos estables.
Además de los ahorros, ofrecer un aval puede ser otra opción de hacer más apetecible la candidatura de un inquilino solvente como una oportunidad que no se debe perder. Del mismo modo, siempre se puede recurrir a un estudio de solvencia, un documento elaborado por una entidad externa en la que se hace un análisis financiero del inquilino valorando su grado de adecuación como arrendatario del inmueble.
Comportamiento y presentación durante la entrevista
La solvencia no solo se mide en términos financieros. El comportamiento y la actitud que se demuestra durante la entrevista con el casero también son importantes. Los propietarios buscan inquilinos responsables, honestos y que cuiden la propiedad. Tener una buena comunicación y ser claro respecto a lo que se pretende a la hora de iniciar el alquiler puede marcar una diferencia.
Presentarse con los documentos adecuados, mostrar interés por la propiedad y ser puntual en las reuniones con el propietario son acciones que ayudarán a proyectar una imagen de fiabilidad.
Cumplimiento de los requisitos legales
Cumplir con todos los requisitos legales y mostrar que se está familiarizado con los derechos y responsabilidades que se tienen como inquilino puede dar una ventaja adicional y posicionar al futuro inquilino en una posición favorable respecto a aquéllos que no estén al tanto de la legalidad. Del mismo modo, lógicamente, también es recomendable que los propietarios se aseguren de que los inquilinos estén al tanto de las leyes locales de alquiler, ya que esto ayuda a prevenir futuros conflictos; recordemos que existen determinadas normas locales que pueden variar entre las comunidades autónomas y que, de no ser tenidas en cuenta, pueden generar diferencias entre propietarios e inquilinos no informados al respecto.