Cómo secar la ropa dentro de casa sin que coja olor a humedad

Utilizar buenos productos de limpieza, lavar la ropa sólo si esta está totalmente seca y sin sudor y tenderla tan pronto como la lavadora haya terminado, son las claves para evitar malos olores.

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Cuando el clima no es favorable para tender la ropa al aire libre, es común que recurramos a secar nuestros pantalones, camisetas y vestidos dentro de casa. A veces, si la vivienda en que vivimos carece de balcones o de zonas comunes en que tender la colada, casi con total seguridad, no nos quedará más remedio que montar un tendedero portátil en alguna habitación. Sin embargo, sea cual sea el motivo, esta práctica puede traer consigo un problema: el mal olor. Afortunadamente, existen algunos trucos que podemos aplicar para secar la ropa dentro de casa sin que se produzca un nada deseable mal olor a humedad.

Lava sólo ropa que esté totalmente seca

Meter en la lavadora ropa que esté mojada de sudor o barro es una de las principales causas por las que la colada pueda coger un desagradable olor. Por lo tanto, no es buena práctica mezclar las prendas que usemos para hacer deporte con aquellas otras que llevamos puestas al trabajo, por ejemplo. Si no queda más remedio que poner una única lavadora (porque vivamos solos o por cualquier otra causa), deberemos esperar a que el sudor se haya secado por completo. De lo contrario, lo más probable es que la ropa, al ir a colocarla en el tendedero, desprenda un hedor poco apetecible que nos obligará a volver a lavarla.

Usa buenos productos de limpieza

Utilizar productos de poca calidad en el lavado puede conducir a que se generen malos olores o a que, los propios de la ropa sucia, no desaparezcan. Es cierto que, en el supermercado, siempre estamos tentados por las ofertas que nos llevan a elegir la marca más barata, pero es necesario pensar que, si nos vemos obligados a poner una nueva lavadora porque la ropa huela tras un primer lavado, el gasto, a la larga, será mayor. Piensa que una lavadora en funcionamiento es uno de los electrodomésticos que más consume en la vivienda, incluso cuando la encendamos en las horas en que es más barato hacer la colada.

Utilizar productos naturales

Existen productos naturales que pueden ayudar a evitar el mal olor en la ropa que se seca dentro de casa. Uno de ellos es el vinagre blanco. Para utilizarlo, simplemente agrega media taza al ciclo de enjuague de la lavadora.

Elimina el exceso de agua antes de tender

El principal motivo por el que se genera el mal olor es el exceso de humedad. Una prenda con mucha agua acumulada tardará más en secarse que una bien estrujada. Esta humedad de más llevará a que la prenda, pasadas unas horas, adquiera un olor desagradable del que será muy difícil que se desprenda si no es mediante un nuevo lavado. Por lo tanto, lo recomendable será, siempre, invertir un buen rato estrujando la ropa a fin de que el exceso de agua se libere por completo.

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Usa un segundo centrifugado

En relación a lo anterior, el primer centrifugado es esencial para eliminar el exceso de agua. Además, una ropa centrifugada siempre será más fácil de planchar, pues, combinado con un buen suavizante, hará que las prendas salgan menos arrugadas. Sin embargo, si lo que estamos lavando son piezas de lana, mantas o un abrigo grueso, es muy probable que un sólo ciclo de centrifugado no elimine todo el agua de más; en estos casos, habrá que recurrir a un segundo. Será muy importante prestar atención a los programas ECO de la lavadora y a los horarios en que llevamos a cabo estos ciclos extra a fin de reducir el consumo de luz en nuestro piso de alquiler.

No dejes la ropa mojada mucho tiempo

Cuanto más tiempo tardes en poner a ventilar y airear la ropa mojada, más probable será que esta empiece a generar el desagradable olor que queremos evitar. Si, tras terminar la lavadora, como mínimo, no abrimos la compuerta (lo ideal sería sacar la ropa e introducirla en un barreño), estaremos abocados a que el mal olor aparezca y que, además, lo haga de manera persistente. Por lo tanto, a modo de tip: airea la colada cuanto antes.

Asegúrate de ventilar bien la habitación

Garantizar una corriente de aire es esencial. Para ello, hay que elegir una habitación que sea amplia y que, además, tenga grandes ventanas o ventanales. Normalmente, las estancias más indicadas son los salones y cuartos de estar, ya que son los espacios más amplios de casi cualquier vivienda. Sin embargo, por costumbre, solemos usar el baño para estos quehaceres (sobre todo porque, en ocasiones, montamos el tendedero dentro de la bañera); esto es un error grave, ya que rara vez un baño o aseo está dotado del suficiente flujo de ventilación necesario para que la ropa se seque de manera rápida (además, los azulejos son tienden a acumular la humedad).

Elige un tendedero plegable adecuado

Aunque pueda parecer algo evidente, un buen tendedero marca la diferencia. Por regla general, los más recomendables son los portátiles y plegables. Se trata de elementos relativamente baratos, que no suponen un desembolso importante para aquellos que comparten gastos en pisos compartidos, y que permiten disponer las prendas de forma repartida, sin que se apelotonen y de manera que haya espacio libre entre ellas. Además, posibilitan cambiar la ubicación en que tendamos en base a las necesidades de la vivienda o en función, por ejemplo, de la época del año en que las distintas estancias sean más o menos cálidas.

Organiza bien el espacio del tendedero

Como venimos insistiendo a lo largo de todo lo comentado, el principal truco para que no se generen malos olores es garantizar el flujo de aire a través de las prendas. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que los calcetines estén bien estirados y no se acumulen o, por ejemplo, que los bolsillos de los pantalones no estén arrugados. Del mismo modo, conviene que las prendas estén bien extendidas en el tendedero; colocarlas sin estirar o unas sobre otras llevará, sin duda, al mal olor.

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Usa perchas múltiples

Precisamente para evitar lo indicado en el punto anterior, podemos utilizar perchas que multiplican el espacio disponible en un tendedero para colgar la ropa. Son especialmente indicadas para prendas de poco tamaño, como los calcetines o la ropa interior.

No seques la ropa en los radiadores

Se trata de uno de los errores más habituales. De forma inconsciente, pensamos que el radiador es el lugar idóneo para colgar la ropa ya que allí se secará mucho antes. Y, aunque esto es cierto, no debemos olvidar que algunas prendas, como las de lana, podrían encoger o volverse más rígidas a consecuencia del calor que irradia este sistema de calefacción. Por otro lado, al hacer esto, indirectamente estamos propiciando que se genere condensación y pérdida del calor en la estancia, lo que llevará a una mayor sensación de humedad y, en consecuencia, al mal olor.

Seca las prendas horizontalmente

Una vez más, la clave está en el mantra que venimos repitiendo insistentemente: hay que reducir la presencia de agua en el tiempo. Y esto se consigue, bien mediante corriente de aire, o bien mediante una mayor exposición a un ambiente seco. En este sentido, es más interesante colocar la ropa horizontalmente, ya que así nos aseguraremos de que la humedad no va descendiendo a la parte inferior y, en el caso de que lo haga, el tiempo en que persista será menor. Es muy importante tener esta indicación en cuenta cuando tendamos piezas rectangulares de gran tamaño, como toallas o sábanas; en estos casos, la cuerda siempre deberá discurrir en paralelo al lado mayor.

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