Si ya has empezado a hacer números y has calculado cual será el consumo de los electrodomésticos de tu nueva vivienda de alquiler, te habrás dado cuenta de que los aparatos de refrigeración, entre los que destacan el congelador y el frigorífico, son los que más gasto repercuten en la factura de la luz. Y no porque su potencia sea elevada (en torno a los 250-350 W), sino porque trata de elementos que no se pueden desconectar, ya que su funcionamiento debe ser ininterrumpido.
Por lo tanto, garantizar su eficiencia debe ser algo prioritario para el arrendatario de un piso de alquiler, lo que se traducirá en la realización de un mantenimiento periódico de los mismos; es decir, en descongelarlos con regularidad.
Por qué hay que descongelar la nevera y el congelador
Como su propio nombre indica, es el proceso mediante el que eliminamos la capa de hielo que termina formándose sobre la superficie interior de los aparatos de refrigeración. Esta capa, por un lado, limita el volumen útil de la nevera o congelador (que en muchos pisos de alquiler suelen ser de pequeño tamaño) y, sobre todo, disminuye su capacidad frigorífica, obligando a sus respectivos motores a trabajar más para mantener la misma temperatura de servicio. Cosa que, obviamente, repercute sobre el consumo de luz y reduce la vida útil de estos nada baratos electrodomésticos.
Cuánto se tarda en descongelar
No te vamos a engañar, aunque es un proceso relativamente sencillo, requiere de tiempo para ser realizado correctamente. Así que no es algo que puedas hacer en un rato suelto que tengas una tarde sino que, casi con total seguridad, serán necesarias, al menos, un par de horas. Sobre todo porque, como tienes que conseguir que toda la capa de hielo y nieve que rodea las superficies interiores de nevera y congelador se derrita, no es precisamente una tarea limpia. De hecho, cuando decidas hacer el mantenimiento de los electrodomésticos de tu cocina te recomendamos que te enfundes ropa vieja que se pueda manchar y estropear y que tengas siempre a mano papel absorbente, paños, productos de limpieza, cubo y fregona.
Cómo descongelar un frigorífico y congelador paso a paso
- Antes de nada, lo evidente: desconecta los aparatos de la corriente. Durante todo el proceso van a permanecer abiertos, generando un gasto innecesario si no los desenchufas.
- Retíralos de las paredes e intenta que a su alrededor haya el máximo espacio libre posible. De esta manera, será más fácil que su temperatura suba más rápidamente.
- Minimiza la posibilidad de ensuciar tu cocina. Te recomendamos que pongas papel absorbente, toallas o trapos viejos por el suelo. Por mucho cuidado que intentes tener, las superficies próximas a frigorífico y congelador se van a mojar.
- Saca todo el contenido del interior y ponlo en una lugar fresco. Es aconsejable, asimismo, sobre todo si se trata de alimentos sin congelar, que no reciban luz del sol directamente. Piensa, también, que es muy posible que suelten algo de líquido durante las dos horas que estén fuera de la nevera, por lo que te aconsejamos que los coloques sobre bandejas, en el fregadero o en cubos.
- Saca las cajoneras y bandejas. Hazlo con mucho cuidado ya que, si hay hielo, es posible que estén ‘pegadas’ y que sea necesario que se derrita un poco este hielo para poder extraerlas sin romperlas.
- Comprueba el sistema de desagüe del frigorífico y congelador. Se trata de una especie de pequeño sumidero ubicado en la parte posterior del volumen de ambos aparatos. Si está atascado con restos de comida o suciedad, límpialo para que pueda drenar el agua derretida.
- Espera a que todo el hielo se derrita. Puedes acelerar esta tarea introduciendo cacerolas de agua caliente en el interior. Así conseguirás un contraste térmico mayor que acelerará el proceso sensiblemente.
- Aprovecha para darle un buen limpiado al interior. Emplea productos anti grasa y desinfectantes. También puedes usar un poco de vinagre diluido en agua. No olvides quitar el polvo de la parte posterior de la nevera, ahí se ubica el condensador y, si este está cubierto por una capa de pelusa, su rendimiento será muy bajo y su consumo mucho mayor.
- Seca el interior lo mejor posible. Nunca debes enchufar la nevera a la corriente si esta sigue húmeda. Una vez lo hayas hecho, conéctala a la corriente.
- No introduzcas los alimentos hasta que la nevera haya adquirido una temperatura de funcionamiento óptima. Los frigoríficos y congeladores modernos suelen tener un testigo que indica cuándo han alcanzado esta temperatura, así que localiza el de la tuya y guíate por él.
- Desecha los alimentos que se hayan podido descongelar.
¿Cada cuánto tiempo debo hacerlo?
En realidad, no hay una respuesta única para esta pregunta. Piensa que la formación del hielo en una nevera depende de muchos factores. La frecuencia con la que esta se abra, la cantidad de alimentos que almacene, la temperatura de servicio y la vida del aparato son, entre otros, elementos determinantes y, como puedes imaginar, varían mucho en función de la vivienda en la que se encuentren. Incluso la ubicación del electrodoméstico dentro de la cocina condicionará el rendimiento del frigorífico y congelador y su nivel de formación de hielo: estos aparatos rinden mucho menos cuando, por ejemplo, reciben luz solar directa o se encuentran junto a otro que pueda actuar como fuente de calor; tal es el caso de un horno o una freidora.
Sin embargo, de forma orientativa, es recomendable descongelarlos un par de veces al año. No obstante, sentido común, si tu congelador tiene cerca de medio centímetro de espesor de hielo, no esperes más, ha llegado el momento de eliminar esa capa de agua congelada.
Cómo evitar que se forme hielo en los aparatos de cocina
Como siempre, la clave está en la prevención. Así que te indicamos unos cuantos tips que debes tener en cuenta para que no se forme una molesta capa de hielo en tu congelador:
- Intenta reducir al máximo las veces que abres y cierras la puerta. Cada vez que lo haces una pequeña cantidad de vapor de aire penetra al interior y, al contacto con las paredes, puede congelarse.
- Garantiza que la goma que cierra la puerta está en buen estado. Si esta ha perdido su elasticidad o está desgastada, la nevera no será estanca, permitiendo que entre aire que, de nuevo, se congelará. Para prolongar la vida de este cierre, te recomendamos que lo lubriques periódicamente con vaselina pura y que, llegado el caso, lo sustituyas.
- Aleja la nevera de fuentes de calor y no introduzcas alimentos calientes ya que, al hacerlo, se condensará vapor de agua que podrá helarse en las paredes.
- Permite una buena circulación de aire por su parte posterior. Es conveniente que el condensador esté separado, al menos, 15 centímetros de la pared.
- Mantén libre de polvo y pelusas el condensador.
¿Es necesario descongelar un frigorífico No Frost?
No, en principio, no. Esa es su gran ventaja, debido a su tecnología, impiden la formación de placas en su interior. Eso sí, te advertimos que, con el tiempo, no es descartable que estas comiencen a aparecer y que te veas obligado a descongelar tu frigorífico No Frost si fuera uno convencional.