El agua, un recurso indispensable que muchos damos por sentado. De hecho, el agua suele tener un bajo coste en comparación con otros suministros del hogar, lo que favorece su derroche incluso en los pisos de alquiler.
Sea como sea, derrochar agua es algo que todos debemos evitar por el bien de nuestro planeta. La sequía es un mal silencioso que poco a poco se hace patente en España y esta situación de estrés hídrico reclama medidas urgentes. Si quieres ayudar y saber cómo ahorrar agua en tu piso de alquiler, ¡sigue leyendo!
Consejos para ahorrar agua en un piso de alquiler
Salvo que estén incluidos en la comunidad, lo habitual es que los gastos del agua corran a cargo del inquilino. Por eso mismo, todo lo que podamos hacer para ahorrar agua será bueno no solo para el planeta, sino también para nuestro bolsillo.
A continuación tienes una serie de consejos que funcionan para bajar el consumo de agua de tu piso y es que, a diferencia de la luz (donde podemos bajar el término de potencia para ahorrar), de cara a reducir la factura del agua lo único que podemos hacer es poner el foco en el consumo: cada gota cuenta.
Priorizar las duchas a los baños
Aunque cada vez es más complicado encontrar un hogar con bañera porque ahora la tendencia es apostar por la ducha, si hay una bañera en el piso de alquiler es recomendable utilizarla con cabeza.
Por supuesto, uno puede darse baños relajantes de vez en cuando, pero lo recomendable es cambiar los largos baños por duchas rápidas, apagando el grifo cuando no estemos utilizando el agua; por ejemplo, cuando nos enjabonamos. De este modo estaremos ahorrando agua con un pequeño gesto.
Utilizar el lavavajillas para fregar los platos
Si en el piso de alquiler hay lavavajillas, se aconseja priorizarlo a la hora de lavar los platos. Para ahorrar agua, es recomendable utilizar el lavavajillas cuando esté completamente lleno, a no ser que no haya ningún plato sobre el que comer. De este modo, en un solo lavado todos los platos y cubiertos brillarán como recién comprados y con un ahorro de agua considerable.
Instalar accesorios para ahorrar agua
Ahora existen algunos accesorios que ayudan a ahorrar agua cuando abrimos los grifos. Estos accesorios permiten obtener una mayor eficiencia a la hora de utilizar agua, como los moduladores de temperatura, que calientan el agua más rápido para no tener que derrochar agua esperando a que coja temperatura, o los reguladores de caudal o atomizadores, que hacen que salga menos agua a través del grifo.
Cerrar el grifo al lavarnos los dientes o fregar los platos
Y hablando de grifos, el mayor gesto para ahorrar agua es cerrarlo. Muchas personas tienden a dejar el grifo abierto incluso cuando no se está utilizando realmente el chorro de agua, como al lavarse los dientes, por ejemplo. Cerrar el grifo en estos momentos es un pequeño gesto que es de gran ayuda para el planeta.
Reciclar el agua que vayamos a tirar
A veces, el agua que hemos utilizado puede tener una segunda o tercera vida. Por ejemplo, mientras nos duchamos, podemos tener un cubo en la bañera o en la ducha para recoger algo de agua y utilizarla para tirar de la cadena.
Si lavamos fruta en el fregadero, es recomendable hacerlo en un pequeño recipiente en lugar de utilizar el chorro de agua; de este modo, podemos utilizar ese agua para regar las plantas. Y también se puede reutilizar el agua para cocer la pasta, que se puede usar para regar las plantas, hacer salsas, cocinar guisos, remojar legumbres, lavar los platos o incluso hacer masa casera de pan y pizza.
Regar a determinadas horas
Al regar las plantas durante las horas centrales del día el agua se evapora más fácilmente, por lo que acaba cundiendo muchísimo menos. Lo recomendable es regar al atardecer o al amanecer. Gastarás menos agua y tus plantas te lo agradecerán.
Tener agua fría en la nevera
Parece una tontería pero es habitual dejar correr el agua del grifo unos segundos para que salga fría. Si en cambio te acostumbras a tener una botella de agua en la nevera, tendrás agua fría siempre a tu disposición sin necesidad de abrir el grifo. Es un gesto ínfimo con el que podrás ahorrar unos cuantos litros a final de mes.