Todo inquilino busca siempre reducir sus consumos a fin de pagar menos en su facturas. Los suministros, por norma general, tienden a subir de tarifa año tras año, por lo que ser cuidadoso en nuestras rutinas y hábitos no es algo solo recomendable, sino absolutamente necesario si queremos ahorrarnos una cantidad importante de dinero. Saber qué hay que hacer para reducir el gasto de agua parece algo relativamente sencillo, ya que su uso es más puntual que el que realizamos de todos aquellos elementos cuyo funcionamiento depende de un sumisito eléctrico continuado. Por tanto, ¿qué podemos hacer para reducir desembolso que mensualmente realizamos a las compañías eléctricas? ¿Hay electrodomésticos que consuman menos? ¿Cuáles?
- Qué se puede hacer para gastar menos luz
- Conocer perfectamente la tarifa de luz contratada
- Revisar la potencia de la instalación eléctrica
- Utilizar electrodomésticos en modo ECO o con bajo consumo energético
- Reducir el consumo fantasma
- Revisar la ubicación de los aparatos de mayor gasto
- Lavar en frío si es posible
- No utilizar electrodomésticos a media carga
- Hacer un buen uso de los electrodomésticos de mayor consumo
- Reducir el uso de climatización y calefacción
- Usar lámparas y bombillas LEDs y de bajo consumo
Qué se puede hacer para gastar menos luz
Conocer perfectamente la tarifa de luz contratada
Aunque todos estamos familiarizados con la existencia de los nuevos periodos de la tarifa de la luz, conviene tenerlos muy presentes en nuestras rutinas, sobre todo a la hora de poner en funcionamiento aquellos electrodomésticos que más gasto suponen.
- Hora valle (la más económica): fines de semana y festivos de 00:00 a 24:00 y de lunes a viernes de 00:00 a 08:00.
- Hora llana (la intermedia): de lunes a viernes de 08:00 a 10:00, de 14:00 a 18:00 y de 22:00 a 24:00.
- Hora punta (la más cara): de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 22:00.
Además, muchas compañías suministradoras ofrecen, como alternativa, una tarifa plana mediante la cual se abona una cantidad fija cada mes independientemente del consumo que se realice. Si las horas del día en que mayor uso hacemos de los electrodomésticos coinciden con las de mayor gasto, seguramente debamos plantearnos esta opción.
Revisar la potencia de la instalación eléctrica
La potencia eléctrica contratada es un indicativo que permite saber cuántos electrodomésticos se pueden emplear de manera simultánea sin que la instalación se sature o falle. Por lo tanto, calcular la potencia eléctrica de un piso de alquiler es esencial si queremos asegurarnos de que no estamos pagando de más. Recuerda que bajar el término de potencia de la luz es un trámite relativamente sencillo que puede realizarse online en casi todas las compañías suministradoras.
Utilizar electrodomésticos en modo ECO o con bajo consumo energético
La mayor parte de los grandes aparatos de cocina suelen incorporar un modo ECO o ahorro que, si bien reduce levemente algunas de sus prestaciones, supone un gasto mucho menor. Del mismo modo, al adquirir un nuevo electrodoméstico, conviene que revisemos con cuidado su clasificación energética y que intentemos elegir un modelo que etiquetado como A, B, C o D.
Reducir el consumo fantasma
Se conoce así al consumo que realizan los electrodomésticos cuando permanecen conectados a la red, pero no están en funcionamiento. Algunos, como la televisión, por ejemplo, tienen un modo Stand-By que, aunque es cierto que supone una baja demanda eléctrica, debido a su uso continuado, puede derivar en costes importantes. El empleo de adaptadores con interruptor, cuyo precio medio ronda los 5,00€, puede ayudar a reducir este gasto silencioso.
Revisar la ubicación de los aparatos de mayor gasto
Algunos electrodomésticos ofrecen un mejor rendimiento bajo determinadas condiciones. Por ejemplo, una nevera debe tener su condensador (situado en la parte posterior) alejado unos 15 centímetros de cualquier superficie o pared. Del mismo, alejarla de focos de calor como el horno o una ventana a través de la cual reciba luz directa del exterior, mejorará su eficiencia. Seguir los consejos que los fabricantes indican en los manuales de instrucciones, pese a parecer obvio, es la mejor manera de reducir gastos y, además, aumentar la vida útil de estos nada baratos aparatos.
Lavar en frío si es posible
Una lavadora media invierte un 90% de la energía que consume en calentar el agua. Siempre que se pueda (si las prendas no tienen manchas difíciles de eliminar), se recomienda el lavado a baja temperatura (por debajo de los 40º) o, directamente, en frío.
No utilizar electrodomésticos a media carga
Resulta mucho más económico poner en funcionamiento una sola vez un lavavajillas, lavadora o secadora a carga completa que encenderlos dos veces a media carga. Aunque hay otros factores que condicionan el gasto de estos electrodomésticos, el que supone un mayor consumo es el tiempo de servicio; por lo tanto, la prioridad debe ser siempre utilizarlos un menor número de veces con una mayor carga.
Hacer un buen uso de los electrodomésticos de mayor consumo
Nos referimos a los electrodomésticos dotados de resistencias y/o condensadores, y son especialmente demandantes los ubicados en las cocinas.
Frigorífico y congelador
Evitar mantener abiertos los aparatos de refrigeración de la cocina durante periodos prolongados de tiempo reduce la formación interior de una molesta capa de hielo que, de no ser descongelada, disminuirá la eficiencia en su uso y aumentará el gasto energético. Además, cada vez que los abrimos, la temperatura interior se eleva, obligando al termostato y condensador a ponerse en funcionamiento de nuevo al cerrarlos generando, así, un mayor consumo.
Horno y freidora
Se considera que, cuando abrimos y cerramos el horno durante su funcionamiento, en torno a un 20% del calor acumulado en su interior se disipa al producirse un equilibrio térmico con la temperatura exterior. Por ello, es importante reducir las veces que se abre el horno y hacer las comprobaciones sobre la evolución del guiso utilizando el cristal de la puerta.
Del mismo modo, al abrirse la freidora, la temperatura del aceite disminuye. Si bien su variación no es tan inmediata al no existir una transferencia tan directa de calor entre medios de distinta densidad (aire y aceite), al igual que ocurre con el horno, debemos minimizar las ocasiones que abrimos la freidora intentando controlar la evolución de los alimentos por el tiempo que permanecen cocinándose.
Reducir el uso de climatización y calefacción
En torno a un 15%-20% de la electricidad que se consume en un hogar se corresponde con los aparatos de climatización y calefacción. Conviene, por tanto, tomar conciencia sobre el gasto que el empleo de estos electrodomésticos genera en el bolsillo de los consumidores y alentar a que se usen ropas acordes a cada época del año. Además, es importante, también, tener en cuenta que, al reducir el uso de los sistemas de regulación de la temperatura de una vivienda, se fomenta una forma de vida sostenible.
Algunos gobiernos, de hecho, están empezando a regular el uso que hacemos de los aparatos de climatización y calefacción tanto en el ámbito doméstico como en el público y privado; prueba de ello es el conocido como el Real Decreto del Ahorro 14/2022.
Usar lámparas y bombillas LEDs y de bajo consumo
Sin duda, el mayor ahorro que se puede realizar en la instalación eléctrica de una vivienda viene derivado del empleo de lámparas y bombillas de bajo consumo o LEDs. Es cierto que, inicialmente, el desembolso a realizar es mayor, pero se amortizan rápidamente ya que, de media, suponen una reducción del gasto eléctrico de en torno al 80%. Además, tienen una vida útil mucho mayor, por lo que recambiarlas será algo que habrá que realizarse con mucha menos frecuencia.
Por otro lado, es importante tener buenas prácticas de consumo. Apagar los interruptores de las estancias cuando no estén ocupadas o pintar las paredes y techos con colores claros (lo que aumenta la sensación lumínica tanto con luz natural como artificial), propiciará un menor consumo y gasto eléctricos.