Cómo decorar un piso de alquiler con alfombras: 10 tips imprescindibles

Las alfombras son una manera muy económica de decorar un piso de alquiler. Esto es todo lo que necesitas saber al respecto.

Alfombra amarilla
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Una de las formas más asequibles de aumentar el confort de un piso de alquiler es a través de las alfombras. Aunque antiguamente una buena alfombra podría alcanzar las cuatro cifras, en la actualidad es posible alfombrar un piso de varias estancias gastando lo justo. Por eso mismo, si estás buscando una buena manera de decorar un piso de alquiler antiguo, las alfombras son un aliado genial.

Además, hoy en día existen alfombras con un diseño especial que facilita su limpieza, por lo que no debes preocuparte de llevarlas a la tintorería con frecuencia o de que estas cojan olores desagradables. Las alfombras son elementos muy fáciles de cambiar y de mantener, por lo que será complicado que generen problemas entre el inquilino y el arrendador.

Si ya has decidido colocar una o más alfombras en tu piso de alquiler, hoy vamos a darte 10 consejos de cara a que puedas exprimir todo su potencial decorativo y de confort.

Evalúa el espacio disponible

Una alfombra demasiado pequeña en un espacio muy grande, no quedará bien. Lo mismo al revés: una alfombra que sea gigantesca no quedará bien en un cuarto demasiado pequeño. Es algo así como el aire en la fotografía. Debes asegurarte de dejar cierto espacio a los lados de la alfombra, siempre en consonancia con el «marco» de la habitación.

Vigila el mobiliario a colocar sobre la alfombra

Si vas a colocar una alfombra bajo de la mesa del comedor o la del despacho, debes fijarte en que esta tenga tamaño suficiente para abarcar no solo la mesa sino también las sillas y su recorrido. Para ello calcula al menos 70 u 80 centímetros desde la mesa hasta el borde de la alfombra.

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Igualmente, si quieres que la alfombra y el mobiliario que has colocado sobre ella combinen en armonía, asegúrate de centrar bien el mobiliario. Si por ejemplo vas a colocar una alfombra bajo la cama, asegúrate de que esta se lo suficientemente grande como para que coja también las dos mesillas de noche. Verás que queda infinitamente mejor.

Ten cuidado con las puertas

Es fundamental que las alfombras no queden por debajo del recorrido de una puerta. Aún con alfombras finas, es algo que a la larga siempre trae problemas. Por eso mismo es importante que siempre midas el espacio y anotes el recorrido de cualquier puerta que pueda llegar a interferir.

Coloca alfombras de pasillo de manera correcta

El secreto para colocar una alfombra de pasillo como dios manda consiste en algo tan sencillo como dejar cierto espacio entre la alfombra y la pared. Si la vas a colocar en un pasillo largo, intenta que la proporción sea de al menos 1/4 o 1/5. Esto significa que por cada centímetro de espacio que dejes en el lateral, deberás dejar cuatro o cinco en el comienzo y final de la alfombra. Es importante también dejar al menos medio metro de espacio al comienzo y al final de la alfombra para que esta no se vea tan apretada.

Usa alfombras redondas

Las alfombras redondas son especiales para dar un toque algo más original a una estancia. Sirven sobre todo para delimitar espacios a la par que damos unas notas de color u originalidad a una zona concreta, por ejemplo un área de despacho, un saloncito o el recibidor.

Alfombra redonda en salón
Fíjate en cómo las mesas redondas casan a la perfección con la alfombra

La limpieza depende de la zona

Si te inquieta el apartado limpieza de las alfombras el mejor consejo que podemos darte es que escojas bien la zona en la que vas a colocar las alfombras. Una alfombra en una mesa de comedor que casi no se usa no se manchará nada. Lo mismo que las alfombras a pie de cama (habitualmente se pisan estando descalzos) o en la zona de estar.

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En caso de que vayas a colocar una alfombra en una zona de paso o en salón muy pequeño (es decir, en espacios en los que la alfombra va a sufrir sí o sí), intenta escoger un modelo anti manchas o que sea algo más económico, esto último de cara a que puedas cambiarla cada cierto tiempo sin tener que rascarte el bolsillo. Puedes usar una alfombra para decorar el baño pero a cambio tendrás que vigilar mucho el material del que está fabricada.

Evita que la alfombra se levante por las esquinas

Un truco que puedes usar para que la alfombra no se levante por las esquinas es colocar una toalla empapada sobre la esquina y dejarla allí toda la noche. También puedes emplear cubitos de hielo. A la mañana siguiente simplemente tienes que eliminar el agua que quede con un cepillo y un trapo seco.

Ponte creativo y haz tu propia alfombra

Si eres un poco manitas siempre tienes la opción de crear tu propia alfombra desde cero, algo que es muchísimo más fácil de lo que piensas. Existe tiendas online como Oh my tuft que proporcionan herramientas e instrucciones para que puedas confeccionar una alfombra única. Eliges el tamaño, la forma, el color, el dibujo, el tejido… Puedes personalizarlo absolutamente todo.

Aunque pueda parecer una complicación lo cierto es que se trata de una opción que cada vez está más de moda y en la que se pueden llegar a encontrar auténticas obras de arte, muchas de ellas hechas por gente no profesional. Se necesita la base, la pistola, la lana y poco más. Si te animas a ello, que sepas que, si le dedicas un poco de tiempo y paciencia, puede convertirse en mucho más que una afición.

Fija la alfombra al suelo

Si colocas una alfombra que no sea demasiado gruesa esta va a deslizar sobre el suelo. Para evitar este incómodo problema lo mejor que puedes hacer es colocar un trozo de malla antideslizante debajo de la misma. La venden en Amazon por poco más de 5 euros y créenos que es lo que mejor funciona.

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Escoge un color que contraste

Alfombra colorida
¡Color al poder!

Esto depende fundamentalmente del espacio. Si cuentas con un espacio mal iluminado o con un tamaño más bien pequeño, deberás escoger colores claros. En cambio, si el espacio es más grande y con luz, entonces sí que podrás «arriesgarte» con alfombras más oscuras o de colores algo más vivos. Lo mismo sucede con la tonalidad del suelo: hay que usar el color de la alfombra para contrastar con el suelo y el mobiliario.

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