Dentro de las ideas a las que se puede recurrir para decorar el baño un piso, sea de alquiler o no, la más inmediata es la de renovar el color de sus paredes y techos. Pintar un piso es una actividad relativamente sencilla que puede ser llevada a cabo, incluso, por los propios habitantes, que, en ocasiones, la convertirán en una suerte de juego o tradición familiar anual. Precisamente por ello, es necesario ser cautos a la hora de elegir el tono con que se decorarán las paredes de estas estancias consideradas menores en casi toda vivienda. Elegir un tradicional color blanco o apostar por opciones más arriesgadas, como el verde o el naranja, repercutirá de forma trascendental en la forma en que los usuarios se relacionarán con los baños de su hogar. Si, además, se trata de una habitación de reducidas dimensiones, la decisión será más importante aún y deberá meditarse más.
Cuál es el mejor color para pintar el baño
La elección del mejor color para pintar un baño, al igual que para el caso de pintar cualquier habitación de una casa) depende, en última instancia, de las preferencias personales de las personas que residan en la vivienda y, por supuesto, del estilo general con el que se haya concebido y decorado el hogar como conjunto. Sin embargo, tener en cuenta algunas consideraciones globales puede ayudar a tomar la decisión más afortunada.
Por ejemplo, para espacios pequeños o con luz natural limitada (o, peor aún, sólo iluminados por lámparas), los tonos claros como el blanco, el beige o el gris claro son opciones ideales, ya que reflejan la luz y crean una sensación de amplitud, haciendo que la percepción sensorial sea la de estar en un baño mucho más espacioso y luminoso.
Por otro lado, si lo que se pretende es generar un ambiente que transmita calma y relax, los tonos suaves como el azul claro o el verde menta pueden convertirse en excelentes elecciones; los colores más audaces como el amarillo suave o el rosa claro, por su parte, pueden infundir vitalidad y energía en un ámbito de la vivienda en el que solemos pasar mucho tiempo justo cuando estamos más somnolientos, es decir, al despertar por las mañanas.
Sin embargo, más allá de estas apreciaciones, es importante tener en cuenta que, a fin de cuentas, el mejor color para un baño será aquel que haga sentir cómodos a sus usuarios y que, además, de alguna manera, sea capaz de reflejar su estilo personal. Por lo tanto, no hay que ser recelosos a la hora de experimentar o probar con tonos que, a priori, puedan parecer exóticos o ligeramente extravagantes.
De qué color hay que pintar el techo del baño
Por norma general, se suele prestar poca atención al diseño ya acabado de los techos de las viviendas. Lo habitual es considerar que paredes y techos se pintarán en un mismo color y no se plantea una alternativa posible. Es más, puede ser que sí se plantee un tono alternativo al blanco para las paredes, pero, sin embargo, incluso en estos casos lo más frecuente será que la parte superior de esa misma estancia permanezca inalterablemente blanca. Los baños, al ser considerados habitaciones menores de la vivienda, relegan, aún más, a un segundo plano el diseño de los techos que, normalmente, quedan opacados por los azulejos y baldosas de suelos y paredes.
Como decimos, el blanco es la elección clásica para techos de baño, ya que es versátil y combina con cualquier estilo de decoración. Además, dado que los techos claros tienen la capacidad de reflejar la luz de manera efectiva, creando una sensación de amplitud y luminosidad en el espacio, elegir el blanco como tono para el techo hará que la habitación, en general, se perciba como más alta y espaciosa.
Sin embargo, si lo que se pretende es agregar un toque de color o personalidad, siempre se pueden considerar tonos suaves que se complementen con la paleta general del baño. Los techos oscuros tienden a hacer que un espacio se reciba como más bajo y acogedor, por lo que será mejor reservarlos para baños con techos altos dotados, además, de buena iluminación.
Del mismo modo, siempre se puede jugar con los contrastes. Por ejemplo, elegir una misma gama cromática (de colores cálidos o fríos) y asignar un color a las paredes y otro al techo. Hacer que las superficies verticales sean amarillentas mientras que las horizontales tiendan al naranja (o viceversa), puede ser una buena idea. Así conseguiremos dar uniformidad al baño, pero, usando los contrastes que genera la percepción visual, conseguir que el espacio interior crezca o decrezca en altura.
6 ideas de colores para pintar el baño y que este se vea más grande
Un lienzo de luz: Blanco puro
El blanco puro es una elección clásica y atemporal cuando se trata de hacer que un espacio parezca más grande. Al pintar un baño de este color, los usuarios se estarán decantando por la luminosidad y la amplitud, dado que este tono refleja la luz de manera excepcional, haciendo que las paredes parezcan más lejanas entre sí y, en consecuencia, el espacio dé la impresión de ser más abierto.
Además, el blanco es una opción versátil que combina perfectamente con accesorios de baño en colores suaves, logrando un ambiente fresco y relajante. Sin embargo, aunque también es cierto que un baño pintado en blanco transmite siempre sensación de higiene y salud, este es el color que más degradación rápida suele tener, de manera que nos obliga a pintar las paredes con más frecuencia y, además, acusa con más facilidad manchas puntuales o desconchones.
Elegancia visual: Tonos Neutros
Los tonos neutros, como el beige, el gris claro o el taupe, son excelentes opciones para baños pequeños. Las paredes pintadas en estos colores aportan una sensación de calma y elegancia al espacio, a la vez que generan cierta continuidad visual, ya que las esquinas y cambios de plano tienden a disolverse y no percibirse. Esto, claro está, redunda en que el baño se transforme en un todo ininterrumpido y, por lo tanto, parezca más amplio de lo que en realidad es.
Además, estos colores combinan realmente bien con el blanco de los techos que, como hemos indicado, refleja la luz (natural o artificial) y da aporta levedad a la atmósfera interior. Por último, si se quiere transmitir una mayor sensación de expansión en las tres direcciones, se puede combinar el acabado natural de las paredes con azulejos de tonos similares.
Brisa de tranquilidad: Azul claro
El azul claro (que, en su versión Aqua Sky [14-4811 TCX], fue elegido color Pantone del Año en 2003) es un color refrescante que evoca la tranquilidad del océano y el cielo. Al pintar un baño de este color, se consigue hacer que parezca más amplio, no tanto por la percepción visual que evoca, sino por las imágenes que trae a la memoria. Por norma general, el mar y el cielo son asociados a la libertad, al relax y la apertura. A épocas de felicidad, calma y momentos que nos hacen pensar que todo es posible.
Si lo que se pretende es terminar de completar un look costero, se puede combinar el azul claro de las paredes con pequeños detalles en tonos blancos o en madera natural, generándose, así, un ambiente fresco y revitalizante.
Vitalidad y energía: Verde menta
Si se pretende dar un cambio radical a un paño pequeño, incorporando un color audaz y refrescante a sus paredes, probablemente el verde menta sea la elección más adecuada. Este tono, vinculado a la naturaleza y lo salvaje, agrega vitalidad y energía al espacio y, a la vez, otorga una sensación de apertura.
Pintar en verde menta el baño de una vivienda que mantiene el resto de sus estancias en colores neutros o convencionales es una forma de dar protagonismo a una estancia habitualmente considerada menor. De convertirla en un pequeño oasis de frescura y relajación. Por supuesto, este color combina perfectamente con accesorios con acabado natural o dorado (el blanco es también una buena opción) y añadir algunas plantas será una fantástica manera de llevar el baño a otro nivel.
Sofisticación: Gris perla
El gris perla es un color elegante que puede hacer que cualquier baño, independientemente de su tamaño y forma, se perciba más grande y sofisticado. Este tono neutro, al igual que el blanco puro, es una opción versátil que funciona bien con casi cualquier estilo de decoración imaginable.
Pintando el baño de color gris perla se logra crear una atmósfera serena, contemporánea y limpia. Elegir un tono de color más oscuro para el suelo (que puede ser cubierto con piedras de acabados naturales como la pizarra) será una hábil manera de generar profundidad en el espacio, que parecerá más extenso y menos tensionado. Además, si las vetas y lajas se colocan según la dimensión de mayor tamaño del espacio, este parecerá estirarse y hacerse aún más amplio.
Por supuesto, este color complementa con con accesorios metálicos, bien sea mates o reflectantes, y con espejos decorativos de acabados rectos y angulosos.
Un sayo de Sol: Amarillo suave
El amarillo suave es un color cálido y alegre que puede dar vida a baño poco luminoso o sin ventanas al exterior. Empleado en las paredes, añadirá luminosidad y energía al espacio. Además, se trata de un color que inspira alegría y vitalidad, por lo que, al incorporarlo en un ámbito como el baño, se logrará crear una atmósfera positiva y estimulante, que invite a sus usuarios a activarse, a tomar el día con ilusión y a tener una actitud optimista.
Además, es un color que permite jugar con escalas tonales, llegando a los naranjas y a los rojos, o a los rosas y a los violetas. Precisamente por eso mismo, puede ser una buena idea complementar el amarillo en las paredes con estos colores bien en las cortinas de ducha y las toallas o bien en los sanitarios.