El alquiler social es un tipo de alquiler de vivienda dirigido a personas con bajos recursos económicos en el que el inquilino paga una renta inferior a la del mercado libre. Suele estar impulsado por la administración pública y tiene el objetivo de democratizar el acceso a la vivienda, facilitando arrendamientos a personas y colectivos con dificultades económicas.
Aunque en muchos casos su regulación depende de la comunidad autónoma, la provincia o incluso la localidad, generalmente el alquiler social está pensado para personas en riesgo de exclusión social, jóvenes que buscan emanciparse, personas de más de 60 años o con problemas de movilidad, víctimas de terrorismo o violencia género, refugiados… En definitiva, individuos o familias con un nivel de ingresos lo suficientemente bajo como para frustrar el acceso a una vivienda digna.
¿En qué se diferencia el alquiler social de un alquiler normal?
A grosso modo, las diferencias entre un alquiler normal (del mercado libre) y un alquiler social son mínimas. En ambos casos el arrendamiento está regulado por un contrato de alquiler y en ambos casos hay unas obligaciones que cumplir y unos derechos concretos de los que disfrutar.
Como veremos a continuación, lo único que cambia en el alquiler social son los requisitos que se piden para acceder al mismo, los cuales son bastante más estrictos que los de un alquiler normal y corriente.
Requisitos para acceder a un alquiler social
No todo el mundo puede acceder a un alquiler social: dado que este tipo de arrendamiento tiene un componente público importante será necesario cumplir con una serie de requisitos.
Habitualmente estos requisitos varían en función del organismo o administración que gestione los programas de alquiler social, ahora bien, en términos generales las condiciones siempre serán las mismas:
- Ser mayor de edad.
- Tener la nacionalidad española o en su defecto permiso de residencia permanente.
- No poseer ninguna propiedad inmobiliaria que pueda servir de vivienda.
- No percibir ningún tipo de ingreso o no tener acceso a prestaciones.
A partir de ahí, lo normal es que las administraciones vayan cribando aún más con requisitos adicionales o bien con condicionantes que puedan «sumar puntos» a la hora de acceder al alquiler social. Así, es posible que tengamos más facilidades si cumplimos con uno o más de los siguientes puntos:
- Estar jubilado.
- Tener deudas inmobiliarias que superen nuestros ingresos.
- Ser víctima de violencia de género o de terrorismo.
- Estar en situación de dependencia.
- Tener adultos a cargo con dependencia.
- Estar inmerso en un procedimiento de ejecución inmobiliaria con desahucio ya efectuado o bien en tramitación.
- Ser familia monoparental con al menos dos hijos a cargo.
Cómo es un alquiler social
No solo los beneficiaros del alquiler social deben atenerse a unos requisitos muy concretos, sino que el contrato de alquiler de una de estas viviendas también deberá tener unas condiciones especiales. Básicamente:
- La renta mensual del alquiler deberá situarse, por norma general, entre los 150 y los 400 euros al mes. Este importe nunca podrá superar el 30% de la renta total de la unidad familiar. Es decir, si en una vivienda acogida al programa de alquiler sociales vive una pareja que ingresa en total 1200 euros al mes, el alquiler mensual nunca podrá superar los 400 euros (30%).
- Un contrato de alquiler social en España debe tener una duración mínima de 2 años. Este periodo podrá prorrogarse anualmente siempre y cuando los requisitos de la parte arrendataria se sigan cumpliendo.
- Las personas beneficiarias de un alquiler social no pueden subarrendar la vivienda ni tampoco usarla para un fin diferente a residir en ella. En otras palabras: deben vivir en ella.
Cómo solicitar un piso de alquiler social
Buena parte de todo el alquiler social en España está gestionado por el Fondo Social de Viviendas, una entidad público-privada que se encarga de administrar unas 10.000 viviendas en nombre de la administración pública.
Básicamente, desde 2012 existe en España un convenio con ciertas entidades bancarias por el que estas últimas constituyen un fondo social de viviendas de su propiedad destinadas a personas que hayan perdido su vivienda habitual tras no poder afrontar el pago de su hipoteca (desde 2007).
En otras palabras, después de la crisis de 2008 el Gobierno llegó a un acuerdo con algunos bancos para que estos destinaran parte de sus viviendas al alquiler social, algo que en la actualidad se hace mediante este Fondo Social de Viviendas. Así pues, en muchos casos son las propias inmobiliarias de los bancos las que ofrecen este tipo de alquiler a quienes cumplan con los requisitos.
Ahora mismo, estos son los bancos con viviendas del FSV:
- Banco Sabadell
- Bantierra
- BBVA
- Bankinter
- CaixaBank
- Banco Santander
- Grupo Cajamar
- Kutxabank
- ING
- UCI
En caso de que quieras acceder al alquiler social de una vivienda del Fondo Social de Viviendas, lo mejor es que visites la página web del Fondo Social de Viviendas o bien que te acerques a una oficina de los bancos mencionados.
A mayores, aparte del Fondo Social de Viviendas, el cual está pensado sobre todo para personas con problemas para pagar su préstamos hipotecario, existe un alquiler social gestionado por las comunidades autónomas, las provincias y los ayuntamientos.
A través de diversos programas sociales de diversa envergadura, las administraciones públicas disponen de una serie de viviendas destinadas al alquiler social. Aunque cada comunidad, provincia o ayuntamiento fija sus requisitos de acceso, lo normal es que estos sean similares a los que hemos comentado antes, dando prioridad sobre todo al nivel de renta de la unidad familiar.
Nuestra recomendación es que te informes en los servicios sociales de tu ayuntamiento o en alguna de las siguientes webs (puedes registrarte online o llamar por teléfono para preguntar):
- Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (Madrid)
- Entidad Valenciana de d’Habitatge i Sól (Valencia)
- Instituto Galego da Vivenda e Solo (Galicia)
- Habitatge (Cataluña)
- Consorci de l’Habitatge de Barcelona (Barcelona)
- Empresa Municipal de Vivienda, Suelo y Equipamiento de Sevilla (Sevilla)
- Etxebide (País Vasco)
- Navarra Vivienda (Navarra)
- Gobierno de Aragón (Aragón)
- …
Fíjate en que existen programas de alquiler social a nivel autonómico y también a nivel local. Por ejemplo, Cataluña tiene una serie de ayudas y el ayuntamiento de Barcelona otras. De ahí que recomendemos consultar siempre con los agentes sociales de tu zona, quienes te orientarán sobre los programas disponibles que mejor se ajusten a tu situación.
De la misma manera, no todas las comunidades o ayuntamientos ofrecen el alquiler social como tal. Esto se debe a que cada administración hace uso de sus fondos de vivienda de la manera que mejor considera. Puede pasar que el ayuntamiento de una «localidad X» disponga de un pequeño parque de viviendas destinadas al alquiler social pero no así la comunidad autónoma, la cual ofrecerá, por ejemplo, ayudas directas para pagar el alquiler.
Insistimos, lo mejor es preguntar en los puntos de información a la ciudadanía de tu localidad.
¿Cuánto tarda la solicitud y cuándo se entrega la vivienda de alquiler social?
Como es habitual en la administración pública, estas cosas llevan su tiempo. Lo normal es que, una vez realizada la solicitud, tengas que esperar entre 6 meses y un año para acceder a tu vivienda de alquiler social.
Piensa que es necesario que el trámite pase por distintos agentes sociales antes de que este sea aprobado. Esto es así porque tanto el FSV como las distintas administraciones necesitan comprobar que los solicitantes cumplen con los requisitos, por lo que harán distintas solicitudes de consulta de datos a la Seguridad Social, los servicios sociales o incluso la Agencia Tributaria.
Una vez se hayan comprobado todos los datos, se informará al solicitante de si tiene o no derecho a una vivienda de alquiler social. A partir de ahí se pasará, y en caso de que la resolución sea positiva, se pasará a la fase de adjudicación y, finalmente, a la entrega de la vivienda.
¿Quién paga la comunidad en un alquiler social?
La gastos de comunidad de una vivienda de alquiler social serán asumidos por la administración pública. Dado que el inquilino no es el propietario de la vivienda en alquiler, este no deberá hacerse cargo de la comunidad. Generalmente, cuando se asigna una vivienda de alquiler social, esta incluye una serie de ayudas directas y acciones de intermediación entre las que se cuentan los gastos de comunidad.
¿Cómo saber si la vivienda es social?
Se puede saber si una vivienda es social consultando los datos de la misma en la web del catastro o solicitando una nota simple. Cualquiera de estos dos trámites pueden hacerse online con un certificado digital o la Clave PIN. Otro método es hablar con el arrendador o propietario del piso o con la presidencia de tu comunidad de vecinos.
¿Cuánto tiempo dura un alquiler social?
El alquiler social tiene una duración máxima de 2 años. Este límite se fija en el contrato de arrendamiento y puede aumentarse hasta los 7 años siempre y cuando se vayan cumpliendo todos los requisitos establecidos por el fondo social de vivienda. En casos excepcionales un piso de alquiler social puede convertirse en hogar permanente, siendo la administración pública y los servicios sociales quienes deciden al respecto.