Cuando una persona, tras calcular cuánto es el dinero máximo que se puede permitir en un alquiler, llega a la conclusión de que sus posibilidades, en base al mercado inmobiliario, son reducidas, empieza a considerar alternativas menos comunes. Así, alquilar una habitación en un piso compartido, puede ser una buena solución. Sin embargo, existen otras opciones que, además de ser económicas, ofrecen al inquilino y estilo de vida libre, muy social y, además, si así se desea, en contacto con la naturaleza. Nos referimos a vivir de forma prolongada, que no indefinida, en un camping.
¿Es legal vivir de alquiler en un camping de forma permanente?
Lamentablemente, no, en España no está permitido residir de forma permanente en un camping, independientemente de que se pernocte en una caravana, en un bungalow o en tienda de campaña. La justificación de esta restricción proviene de que el uso destinado a los espacios de un camping está catalogado como turístico (no residencial) y, por tanto, este se hace incompatible con la residencia permanente en este tipo de establecimientos.
No obstante, sí es factible mudarse a un camping de forma temporal (a fin de cuentas, sería una estancia turística), pero siempre van a existir periodos máximos que, si se sobrepasan, pueden poner en riesgo la licencia del propio establecimiento y otras limitaciones que, entre otras cuestiones, impedirán a la familia empadronarse en la ubicación de camping.
Ahora bien, sí que hay casos de personas que viven en campings con su autocaravana, su tienda de campaña o en un bungalow desde hace varios años sin que por ello haya sucedido nada. Hay un caso muy famoso en el camping La Pirámide de Torrent (Comunidad Valenciana), lo mismo que el ya desaparecido camping de La Unión en Salou (Cataluña). Poder se puede, esto está claro. Ahora bien, nunca será del todo legal y estaremos a la expensa de la vista gorda de la dirección del camping y del proceder de las administraciones locales y autonómicas.
Durante cuánto tiempo se puede vivir en un camping en España
El periodo de tiempo máximo por el que se permite a una persona vivir en un camping depende de las normativas autonómicas y locales. Por regla general, todas las Comunidades Autónomas tienen su propia legislación (a veces, incluso, delegada a los ayuntamientos), por lo que establecer un tiempo unificado a nivel nacional es realmente complejo.
No obstante, podemos decir que, como norma, rara es la Autonomía que permite una estancia mayor de 6 meses (180 días). Sin embargo, como decimos, hay otras en que este periodo es mayor (12 meses en la Comunidad Valenciana y Baleares, 11 meses en Aragón, Asturias y Castilla-La Mancha, país Vasco, por ejemplo). Para que te hagas una idea:
- Decreto 125 /2004, de 11 de mayo, del Gobierno de Aragón en el que se aprueba el Reglamento de Alojamientos turísticos al aire libre. En el artículo 26 se detalla como la ocupación de los bungalows y los mobile-home no podrá ser contratada por un tiempo superior a once meses.
- En cambio, en Galicia, el decreto 144/2013 del 5 de septiembre que se establece la ordenación de los campamentos de turismo no hace ninguna mención al tiempo máximo que una persona puede vivir en un camping pero sí que indica en su artículo 9 que «los campamentos de turismo no pueden constituir la residencia habitual de las personas usuarias turísticas».
- Por su parte, en Andalucía se habla siempre de «periodos de tiempo limitados», pero al igual que en Galicia no se marca un tope específico. Únicamente se especifica que la residencia debe ser temporal.
Dado que cada Comunidad Autónoma tiene competencias en turismo la legislación en España varía de un sitio a otro.
Sea como sea, debemos insistir en que vivir en un camping, bajo ningún caso será sinónimo de hacer de este la residencia habitual, ya que por defecto la ley considera que la persona que se traslada a un bungalow o tienda de campaña durante un periodo de tiempo lo hace en calidad de turista. Justo por eso, en estos momentos ninguna Comunidad Autónoma permite residir de forma habitual en un camping.
Por otro lado, lo aquí indicado hace referencia al plazo en que se puede permanecer de forma continuada en un establecimiento con categoría de camping. Si pensamos en la posibilidad de estar de acampada libre en el medio natural, las restricciones serán aún mayores y, de nuevo, estarán reguladas por las administraciones regionales y locales.
En este último sentido, en lo que a acampada libre o autocaravanas respecta la ley es mucho más estricta, limitando la estancia a 24 o 48 horas (una o dos noches). Por ejemplo:
- El decreto 75/2020 del 4 de agosto que establece la Ley de Turismo de Cataluña, dicta en su artículo 213 que el tiempo máximo de estancia de una autocaravana en una determinada zona debe ser de máximo 48 horas. De cara a repetir sitio habrá que dejar pasar al menos 24 horas.
- A ello le sumaremos las restricciones propias de cada Ayuntamiento…
- … y también la normativa de la Dirección General de Tráfico.
Cuánto cuesta vivir de alquiler en un camping todo el año
Debemos tener en cuenta que el precio de los servicios de un camping no está unificado y que estos pueden variar, no sólo entre municipios, sino, también, entre establecimientos. No obstante, a continuación indicamos los aspectos más importantes a tener en cuenta para poder hacer un cálculo genérico:
- Parcela. El usuario de un camping debe abonar un importe diario por alquiler de parcela que suele rondar los 8-15€. No obstante, existen descuentos cuando se alquilan por periodos más largos de tiempo (250€/mes podría ser un valor medio razonable). Aun así, hemos de matizar que hay campings que cobran un plus cuando se instalan varias tiendas en una misma parcela o cuando esta tiene unas dimensiones considerables.
- Electricidad. Como hemos mencionado, el abono de la luz se realiza a modo de tarifa plana diaria. Suele tener un coste de 5€/día, pero, si se contrata por meses completos, suele rondar los 100-120€.
- Agua. Las duchas de agua caliente suelen abonarse cada vez que se hace uso de ellas, y, por lo general, cuestan unos 2€ por servicio.
- Lavadora. Al igual que ocurre con las duchas, el pago es por uso y no suele superar los 5€. Si se quiere hacer uso de la secadora, habrá que añadir unos 3€ más.
- Mascotas. No todos los campings permiten la estancia de animales de compañía y, los que sí lo hacen, establecen una cuota por los posibles desperfectos que puedan ocasionar. Normalmente, suelen oscilar 1€/día.
- Coche. Si se quiere permitir el acceso del coche al interior de la parcela, habrá un recargo que se establece en torno a los 45€.
Por lo tanto, mensualmente se generaría un coste total de unos 450-500€/mes (en el caso de poner una lavadora y secadora por semana), lo que se traduciría en 5.400-6.000€/año. No obstante, insistimos, este importe, como decimos, es sólo estimativo y no unificado.
Por otro lado, recordar que determinados campings dan la posibilidad de alquilar un bungalow que, sin contar con lujo alguno, puede estar disponible desde 30€/persona y noche, pero que, en el caso de estar dotado de extras y determinadas facilidades, puede alcanzar los 200€/persona y noche.
Por último, subrayar que los campings, como establecimientos turísticos que son, tienen tarifas cambiantes en función de la temporada del año, por lo que la mensualidad no será la misma en verano que en invierno.
Ventajas y desventajas de vivir de alquiler en un camping
Ventajas
- Precio más económico. Como acabamos de comentar, obviamente residir en un camping (sobre todo si pensamos en las alternativas más baratas, es decir, las tiendas de campaña), será mucho menos costoso que hacerlo en un piso o casa. Esto puede ser un punto a su favor en el caso de personas con ingresos reducidos o que prefieren gastar poco en el alquiler para destinar mayor dinero a su ocio, por ejemplo.
- Consumos más baratos. Normalmente, en los campings se abona una tarifa fija por uso de la electricidad y, en el caso del agua, por uso directo (mediante compra de fichas que permiten tener acceso a las duchas un periodo de tiempo). Evidentemente, ambas situaciones generan un gasto mucho menor que el del pago mensual de facturas de luz y agua.
- Estilo de vida más libre. Vivir en un camping, ya sea urbano o rural, permite desarrollar una rutina más social, más extrovertida y en la que los horarios pueden ser establecidos cada día.
- Posibilidad de cambio. Al no existir un contrato de permanencia, normalmente los periodos de estancia se renuevan semanal o mensualmente, por lo que, si una familia así lo decide, puede cambiar de residencia temporal fácilmente.
- Servicios extra. Los campings a veces están dotados de instalaciones comunes, como piscinas o pistas deportivas, que en un piso de alquiler no suelen darse o, si lo hacen, implican rentas elevadas.
Desventajas
- Posibles incompatibilidades laborales. Aunque puede ser una alternativa sugerente para muchas personas, es posible que las obligaciones laborales lleven a algunos usuarios a descartarla totalmente. Por ejemplo, si se necesita espacios totalmente silenciosos en los que poder hacer videollamadas, quizá en un camping no se pueden encontrar fácilmente.
- Limitación temporal. Como hemos dicho, las normativas más generosas no permiten residir en un camping más de un año, por lo que no es una opción viable para personas que busquen emplazamientos de larga duración.
- Menor confort. Por más acondicionado que esté un bungalow o más aislante que sea una tienda de campaña, el frío o la humedad se perciben mucho más que en una edificación construida al uso.
- Intimidad reducida. Los usuarios de un camping suelen compartir duchas y cocinas. Además, es evidente que no existe un grado de intimidad (ni siquiera sonora) parecida al de una vivienda. De hecho, en un camping suele haber horarios de silencio a partir de los que la realización de ruidos puede derivar en que se pongan quejas y reclamaciones contra quien los provoque.
- Inversión inicial. Es cierto que no supondrá un gasto mayor y, muy seguramente, a la larga compense, pero quien no tenga, como poco, un saco de dormir, un esterillo y una buena tienda tendrá que hacerse con ellos.
- No existen los servicios de limpieza. Si bien en un hotel pueden contratarse los servicios de limpieza del mismo (incluidos en el abono de las noches que se permanezcan en él), en un camping esta opción no es posible.
- Vivienda reducida. Quizá sea el mayor y más evidente contra de residir en un camping. Con suerte, un bungalow será tan grande como una habitación compartida, lo que, en muchos casos, es muy insuficiente salvo que se trate de una persona o pareja que viva sola.
Alternativas a vivir en un camping
Esencialmente existen dos: las furgonetas tipo camper y los barcos. En el primer caso, se trata de un tipo de espacio habitacional nómada que debe estar convenientemente adaptado. Residir en él de forma puntual es posible, pero también lo será de forma permanente siempre que se cumpla una condición, la posibilidad de poder empadronarse en él. Para ello, el primer requisito será obtener cédula de habitabilidad que capacite la camper como espacio susceptible de convertirse en morada permanente, para lo que, lamentablemente, la furgoneta deberá estar ubicada de forma fija en una determinada parcela, lo cual parece ir en contra del propósito inicial de habitar en un inmueble móvil.
Vivir en una embarcación de manera indefinida también será posible siempre que se satisfagan los requerimientos establecidos por la normativa municipal. En general, se requerirá que el barco haya superado las revisiones técnicas pertinentes, que hayan sido pagados los tributos asociados a él y que se tenga una plaza de amarre en el puerto, pues esa será su ubicación permanente.