Daños en el parquet al dejar el piso de alquiler: ¿se pueden quedar con la fianza?

A la hora de dejar una vivienda arrendada, descubrimos que el parquet está en mal estado. Entonces, surge la duda razonable: ¿se pueden quedar con la fianza?

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A la hora de dejar una vivienda arrendada, descubrimos que el parquet está en mal estado. Entonces, surge la duda razonable: ¿se pueden quedar con la fianza?

¿Se pueden quedar con la fianza por una rayadura en el parquet?

Al finalizar el contrato de arrendamiento, el inquilino deberá devolver la vivienda en el mismo estado en el que la recibió, salvo por los deterioros típicos del paso del tiempo. Por lo tanto, si el parquet está en mal estado por el uso normal de la vivienda, el inquilino no tiene obligación de repararlo y el propietario deberá devolverle la fianza.

En cambio, el inquilino está obligado a reparar el parquet si éste tiene daños provocados por él. Por ejemplo, manchas causadas por mascotas, quemaduras de cigarrillos, rayaduras de zapatos o muebles, etc. Es decir: el arrendatario responde de los daños en el parquet que excedan del desgaste por el uso normal de la vivienda.

Es cierto que el artículo 21.4 de la Ley de Arrendamiento Urbanos dice lo siguiente:

Artículo 21 de la LAU – Conservación de la vivienda

Las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán de cargo del arrendatario.

Es decir: el inquilino responderá de estos pequeños desperfectos mientras está ocupando la vivienda, pero al finalizar el arrendamiento será el arrendador quien deba ocuparse de ellos.

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Además, aunque el desperfecto del parquet sea imputable al inquilino, se aplica un criterio de proporcionalidad. Por ejemplo, si las manchas están en una sola estancia, se le puede obligar a asumir el coste de reparación de esa única zona. Sin embargo, si el deterioro es generalizado o la reparación puntual no mantiene la unidad estética, el inquilino podría verse obligado a costear la reparación de todo el parquet.

Qué se considera daño por uso normal

Ahora bien: ¿qué se considera un daño por uso normal de la vivienda? El desgaste normal es el punto de referencia de lo que se considera aceptable para recuperar la fianza. Son las condiciones esperadas en las que se debe devolver el piso, como pequeñas marcas en la pared u orificios de clavos. Algo que exceda este desgaste normal puede resultar en la pérdida total o parcial de la fianza.

Cada vivienda sufre un tipo de desgaste normal debido al uso diario regular. Entonces, ¿qué se considera daño por uso normal? Principalmente, este tipo de daños:

  • Fregaderos parcialmente obstruidos.
  • Pintura descolorida.
  • Pequeñas mellas en pisos y paredes.
  • Alfombras descoloridas por la luz del sol.
  • Agujeros pequeños del tamaño de las uñas (no excesivos).
  • Cordones de cortina deshilachados y cortinas o tratamientos de ventanas descoloridos.
  • Marcas de ruedas en alfombras.
  • Manijas o bisagras sueltas en puertas y ventanas.
  • Pintura descolorida alrededor de los interruptores de luz.

Estos problemas surgen como parte de cualquier estilo de vida, por lo que son normales y no se consideran un factor decisivo cuando se trata de que te devuelvan la fianza. Por supuesto, lee bien tu contrato de arrendamiento para ver si hay alguna cláusula sobre el desgaste normal para asegurarte de que está en cumplimiento.

Qué no es el daño por uso normal

Si bien los elementos anteriores se clasifican como desgaste normal, existen algunos problemas (ya sean accidentales o deliberados) que pueden hacer que pierdas parte o la totalidad de la fianza. Estos son algunos de los más comunes:

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  • Daños en la alfombra o manchas que no se pueden quitar.
  • Quemaduras y manchas de cigarrillos.
  • Cantidad excesiva de suciedad en el apartamento.
  • Orina u otros olores fuertes.
  • Grandes agujeros, puntas y roturas en paredes o pisos.
  • Manchas o quemaduras en la alfombra.
  • Daño por mascota.
  • Gran cantidad de orificios para clavos o grandes orificios en las paredes.
  • Puertas y ventanas rotas.
  • Quemaduras o manchas en la encimera.
  • Suelos y paredes muy rayadas.
  • Escribir o hacer garabatos en la pintura de la pared.
  • Daños importantes en la pintura.
  • Grifos rotos en cocinas y baños.

Saber la diferencia entre lo que es daño normal y lo que no puede ahorrarte muchos problemas con tu arrendador. En algunos casos, es posible que puedas arreglar un par de cosas por tu cuenta, por lo que no hay disputa, mientras que en otros casos, puedes perder todo o parte de la fianza.

Si este tema te preocupa, haz muchas fotos del piso cuando llegues y antes de marcharte para tener pruebas fehacientes de que está en buenas condiciones.

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