Cuánto dinero se necesita para irse a vivir de alquiler en España

Cuando vives de alquiler, la renta va a ser el más importante de tus gastos, pero no será el único desembolso. Te contamos cuánto dinero necesitas para irte a vivir de alquiler.

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Te vas de casa, así que toca encontrar un nuevo sitio para vivir. Lo más probable es que, para tu primera experiencia viviendo solo, pienses en alquilar antes que en comprar.

La partida para el alquiler va a ser la más importante de tus gastos una vez que te independices, pero no será el único desembolso. Te contamos cuánto dinero necesitas para irte a vivir de alquiler.

Qué gastos tiene vivir de alquiler además de la renta mensual

Cuando te independizas, puedes diferenciar dos tipos de gastos: los gastos fijos y los gastos variables. El alquiler entra en los gastos fijos, pero no es el único. Vamos a desglosarlos uno por uno.

Gastos fijos

Los gastos fijos son aquellos que no puedes dejar de cubrir. De alguna forma, son un tipo de gasto de carácter obligatorio que tienes cada mes. En definitiva, son aquellos aspectos que sabes que debes costear todos los meses de forma constante.

La renta mensual

El principal gasto fijo al vivir de alquiler es la renta mensual. Esta puede variar dependiendo de muchísimos factores, incluyendo el tipo de casero o casera que te toque, pero existe un precio medio del alquiler según la comunidad autónoma y la ciudad en la que vivas.

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Las ciudades de España con el alquiler más caro son Barcelona, Donostia-San Sebastián y Madrid. Alquilar un piso en Madrid cuesta, de media, 16,1€/m2, mientras que en Barcelona esta cifra aumenta hasta 18,7 €/m2 según el informe de precios en alquiler en España del portal Idealista. Por su parte, el precio en Donostia-San Sebastián es de 16,4 €/m2.

Por otro lado, la región española en la que más barato es el alquiler es Baeza, en la provincia de Jaén, donde el metro cuadrado de vivienda no alcanza los 4,00 € mensuales (3,90 €).

Teniendo esto en cuenta, la situación ideal es que tu gasto en alquiler no sobrepase el 30% o 35% de tus ingresos, por lo que te toca hacer cálculos para ver qué tipo de alquiler te puedes permitir y empezar a buscar. Puedes encontrar piso de alquiler por tu cuenta sin inmobiliaria de por medio a través de portales de anuncios como Idealista o Fotocasa (aunque cuidado con las estafas y con alquilar cualquier cosa) o recurrir a una inmobiliaria.

Por desgracia, el precio del piso aumentará considerablemente en función de su tamaño, localización, que esté o no amueblado… Estos son algunos aspectos en que deberías fijarte a la hora de decidirte por uno u otro piso. Si decides acudir a una inmobiliaria, ten en cuenta que va a pedirte, al menos, la primera mensualidad por adelantado y otra más como fianza que se te devolverá al finalizar el contrato de arrendamiento.

En algunos casos, al alquiler mensual habrás de sumar los gastos de comunidad (calcula unos 50 euros más de media) si se ha estipulado en el contrato que corra a cargo del inquilino. Y si necesitas una plaza de garaje, el precio te subirá entre 50 y 80 euros al mes, según la ciudad.

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Los suministros

Otros gastos fijos a los que tendrás que enfrentarte cuando vivas de alquiler son los suministros (luz, agua, basuras, gas y calefacción e Internet), que suman 100 euros al mes como mínimo.

Si vives en una ciudad con inviernos fríos, piensa que los recibos de electricidad y calefacción serán más altos en los meses invernales. En el caso de que sea una ciudad con veranos calurosos y el piso dispone de aire acondicionado, el recibo de la luz será mayor en los meses de julio y agosto.

Por otro lado, y aunque vivas de alquiler, es una buena idea que contrates un seguro de hogar que cubra los daños en tus pertenencias en caso de que la vivienda sufra un incendio, una fuga de agua, un fallo eléctrico. La póliza varía en función del tamaño y las características de la vivienda, pero calcula una prima mínima de 130 euros anuales.

La alimentación

Otro gasto fijo importante que deberás tener en cuenta es la alimentación: ahora tienes que encargarte de hacer la compra, como mínimo, una vez cada semana o dos semanas, pensando en los menús de comidas y cenas de los siete días de la semana. Calcula un mínimo de entre 200 y 300 euros al mes en comida y bebida, que dependerá del supermercado al que acudas.

Cuenta también como gasto en alimentación el que haces fuera de casa, como bajar a desayunar en el trabajo, salir a cenar de restaurante, o irte a tomar algo. Suma otros 85 euros más mensuales para estos conceptos, que variarán según sea la frecuencia con la que salgas a comer fuera.

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Añade también el gasto en productos para el hogar, como detergente para la lavadora, pasta de dientes, papel higiénico o fregasuelos.

Gastos variables

En la categoría de gastos variables se incluyen todos los gastos que pueden cambiar, aquellos que no sabes que tendrás que hacer y que pueden cambiar en cada período. En otras palabras, son gastos que no puedes anticipar y que en algunos casos puedes vivir sin ellos.

Aunque Internet se haya vuelto un elemento indispensable en nuestras vidas para trabajar y entretenernos, podríamos considerarlo un gasto variable. Instalar WiFi en tu piso de alquiler puede salirte muy barato según el tipo de tarifa que contrates. Si quieres sumarle plataformas de streaming, tendrás que sumar la suscripción mensual de la plataforma que elijas.

Dentro de los gastos variables también están aquellos de los que antes se encargaban los padres, como ropa, artículos personales, ocio, hobbies y viajes. Según cada caso particular, a lo mejor también tienes que pagar un seguro médico, la cuota mensual del gimnasio, el abono transporte o la gasolina, el seguro y el impuesto de circulación del coche. 

A todo esto se le suma una cantidad para imprevistos.

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9 consejos para irse a vivir de alquiler con poco dinero

A veces, la cifra de la cuenta del banco nos puede sobrepasar si creemos que no vamos a llegar a pagar todos estos gastos. Nosotros también nos hemos visto en esa tesitura, y por eso queremos darte algunos consejos para irte a vivir de alquiler controlando tus gastos.

Haz una lista de tus gastos mensuales

Lo primero que tienes que hacer es hacer una lista con todos tus gastos en un mes normal. Hablamos de los gastos fijos que ya hemos mencionado y también una estimación de los variables.

Para esto, puedes ayudarte de tickets y recibos, si los tienes; si no, intenta hacer una estimación lo más ajustada y realista posible. Y si tienes que redondear, hazlo al alza y no a la baja.

Si puedes, asigna una cantidad límite para cada concepto e intenta no gastar cada mes más de lo asignado a cada una. Si no puedes realizar un gasto en ese mes y no se trata de algo urgente, espera al siguiente.

Diferencia los gastos imprescindibles de los caprichos

Ordena los conceptos que hacen que gastes más dinero al mes o creen que pueden hacerlo. Elige los que son absolutamente imprescindibles y decide si con tu sueldo actual te puedes permitir vivir con independencia.

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Por ejemplo, si los gastos de alquiler son excesivos, puedes plantearte compartir piso, y así de paso compartes también otros gastos fijos como luz, agua, comunidad, Internet…

Compara precios en el supermercado

Vale, a lo mejor necesitas un café cada mañana para ponerte en marcha. Pero ¿tiene que ser sí o sí ese café carísimo, o puedes optar por otra marca más asequible? Obviamente, no decimos que tengas que eliminar todos tus productos favoritos de la cesta de la compra, pero unos pocos cambios a la hora de ir al súper te ayudarán a ahorrar más de lo que crees.

Por otro lado, en lugar de comida precocinada, más cómoda de preparar pero más cara y muchas veces menos sana, puedes pasarte a una dieta más tradicional, en la que haya más verdura y menos carne. Puedes dedicar un día a la semana a cocinar varios platos como potajes, salsas y guisos que puedes guardar en el congelador y racionar durante mucho tiempo, calentando luego en el microondas.

Aprende a ahorrar en la factura de la luz

La factura de la luz cada vez sube más, por lo que hay que controlar bien los gastos. Si tienes un termo eléctrico hay algunos consejos para que gaste menos, como por ejemplo dando prioridad a las duchas en lugar de a los baños.

Otros consejos: apaga la luz cada vez que salgas de una habitación, intenta no tener la tele puesta de fondo, hazte con regletas y apágalas cuando salgas de casa, utiliza bombillas de bajo consumo, desconecta tus dispositivos cuando termines de cargarlos…

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Todos estos son pequeños gestos que no cuesta nada incorporar a la rutina diaria y se notan significativamente en la factura a final de mes. Y, además, ¡también es bueno para el medio ambiente!

Raciona tu ocio

No te decimos que te encierres en casa, por supuesto, pero a veces salir un fin de semana supone un buen sablazo y no nos damos cuenta hasta que miramos la cuenta del banco al día siguiente.

Puedes alternar las salidas a locales de ocio y eventos en la calle con reuniones con amigos en casa. Puedes ver una película, organizar una cena, jugar a la videoconsola o juegos de mesa, y muchas más cosas. No hace falta gastarse un dineral para pasarlo bien; lo importante es la compañía.

Elige bien tu medio de transporte

Tener un vehículo particular tiene asociados muchos gastos, además de la gasolina: impuestos, seguro, reparaciones, repuestos y mucho más.

Si vives en una ciudad con una buena red de transporte público, podrás ir a casi cualquier parte en autobús, tren de cercanías o metro, o si te lo puedes permitir, andando o en bici. Si usas el transporte público, infórmate bien de los diferentes bonos y descuentos de los que puedes beneficiarte.

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Revisa tus tarifas de teléfono

¿Tienes contratada la compañía más barata? ¿De verdad? ¿Utilizas el móvil tanto como para pagar esa factura cada mes? Valora si merece la pena cambiar de compañía o de tarifa, en función de tus necesidades.

Ten cuidado con las compras compulsivas

Si no tenías pensado comprar algo y no lo necesitas, para un momento antes de desenfundar la cartera. Vale, esa rebaja es muy interesante, pero ¿realmente necesitas ese producto? Si la rebaja dura más de un día, espera al día siguiente. A lo mejor, después de dormir, ves las cosas con otra perspectiva.

Haz recuento de todas las comisiones que pagas

¿Necesitas mantener una tarjeta de crédito con una comisión alta? Si tu banco te cobra más comisiones de las que te gustaría, valora otras opciones financieras. Si te cobran por conceptos como realizar transferencias de dinero por Internet, puedes hacerlas en persona en sus oficinas para ahorrarte ese dinero.

Cómo saber qué alquiler puedes permitirte

Como te hemos dicho antes, lo ideal es no dedicar más del 30% de los ingresos netos mensuales a pagar el alquiler, 35% como mucho.

Además, se habla mucho del método 50/30/20 para ahorrar:

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  • 50% de tus ingresos para los gastos básicos: alquiler, suministros, comida y servicios.
  • 30% para ocio: cenar afuera, viajes, ropa…
  • 20% para  ahorro: para tener un colchón para imprevistos o para alguna meta fijada.

Dedicando un 30% o 35% de tus ingresos al alquiler, todavía te quedará un 20% o un 15% adicional para el resto de gastos fijos que puedas tener. Pagar un porcentaje mayor siempre hará que debas recortar gastos de otro lado.

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