Mal olor en casa sin explicación: a qué se debe y cómo quitarlo

Para eliminar malos olores en el interior de una vivienda es esencial detectar la causa que los está provocando para, así, poder aplicar la solución más adecuada en cada caso. De lo contrario, estos podrían perpetuarse.

Continúa tras el anuncio

Se viva en un piso de alquiler o en propiedad, convivir con la presencia de malos olores será siempre un problema que podrá arruinar la experiencia de los habitantes hasta el punto de plantearse cambiar de domicilio. Por norma general, la respuesta a estos problemas suele ser la misma, limpieza e higiene, sin embargo, hay determinados casos que requieren tratamientos específicos.

Cómo neutralizar los olores fuertes más habituales en casa

Lo importante, a la hora de poder eliminar los malos olores de una vivienda, es detectar las causas, pues los tratamientos a aplicar dependerán de estas. A continuación listamos algunos de los focos de olor más habituales en el hogar y varios de los métodos que se pueden poner en práctica de cara a neutralizarlos.

Mascotas

La presencia de animales en casa es, sin duda, uno de los principales motivos por los que los malos olores pueden convertirse en residentes habituales de nuestro hogar. Aunque perros y gatos puedan ser moderadamente aseados, en determinadas épocas, como cuando están en celo o bajo procesos de cambios hormonales, liberan algunos olores nada deseables. Del mismo modo, la humedad suele afectar al pelo de las mascotas, por lo que en invierno y periodos de lluvia, es necesario prestar una especial atención a las mascotas.

Por lo general, un lavado periódico (junto con la eliminación de pelo en suelos y tejidos) suele ser la solución más recomendable. En el caso de los gatos, dado que estos son reacios a la humedad, se recomienda el empleo de espumas de lavado en seco. Del mismo modo, para evitar el mal aliento de los perros, es conveniente usar productos específicos que, a modo de juguete mordedor, ayudan a eliminar el sarro y contribuyen a que el hocico de nuestro animal de compañía no huela mal.

Por último, si el arenero del gato está en el interior de la vivienda, conviene que se encuentre en una zona ventilada, pero alejada de los aparatos de aire acondicionado. Además, existen arenas específicas (perfumadas o de sílice, por ejemplo) que tienen un periodo de duración sin olores mayor al de la homóloga común. Eso sí, en épocas de verano o calor, la frecuencia de cambio de la arena debe reducirse a la mitad, pues con las altas temperaturas el olor se intensifica.

Continúa tras el anuncio

Ropa mojada

Cuando la ropa se ha mojado y, no estando seca del todo, se dobla o se guarda, acumula mal olor, por más que al salir de la lavadora estuviera perfectamente perfumada. Del mismo modo, si, tras poner una lavadora, tardamos más tiempo del recomendable en sacarla y tenderla, el agua comenzará a descomponerse generando un aroma nada agradable.

Por lo tanto, la solución es sencilla: ventilar siempre la ropa mojada hasta que esté totalmente seca e intentar tenderla tan pronto como la lavadora haya terminado su ciclo de funcionamiento. No sólo lograremos eliminar malos olores sino que, además, alargaremos la vida útil de la ropa.

Para terminar, un último consejo: nunca introducir ropa mojada o sudada en la lavadora o el cubo de la ropa sucia. Lo ideal es extender estos tejidos hasta que se sequen y, una vez no haya resto de humedad, proceder a lavarlos. De no proceder así, es muy posible que terminen desprendiendo malos olores.

Armarios

Al igual que ocurre con la ropa mojada, cuando los tejidos están secos, si no se ventilan periódicamente, desprenden olor. La ropa de temporada que se guarda en cajas o en armarios concretos que no se abren en todo el año, normalmente requieren de un lavado antes de poder usarse.

Otra alternativa es colgar elementos antiolor en estos armarios. Pequeños elementos plásticos o de madera que se disponen en la barra perchera y que, por un lado, absorben el exceso de humedad y, por otro, liberan suaves perfumes que mitigan los malos olores.

Continúa tras el anuncio

Ropa de cama

Con las prisas del día a día, es habitual que se nos olvide cambiar la ropa de cama con la frecuencia que deberíamos. Así, el sudor, el polvo de los pies, los pelos propios o de los animales de compañía y las bacterias que puedan acumularse, se mezclan y, sin darnos cuenta, generan un olor nada aconsejable.

La solución, en este sentido es evidente: ventilar a diario la cama y, en la medida de lo posible, sustituir las sábanas, al menos, una vez por semana. En el caso de épocas especiales en las que se libera más sudor del habitual (verano o en trances de enfermedad con fiebre, por ejemplo), siempre es inteligente reemplazar las sábanas más frecuentemente.

Cubos de basura

Evidentemente, el recipiente que acumula los deshechos de una vivienda no puede oler bien. Al contrario, será siempre un foco al que habrá que prestar atención. Por un lado, debemos hacernos con un cubo que garantice su estanqueidad, es decir, que, estando tapado, no libere ningún tipo de olor. Además, será conveniente usar siempre bolsas perfumadas que mitigan los aromas que desprenden los restos de comida y sacar la basura cada día, especialmente en épocas de verano, donde el calor intensifica la descomposición de los alimentos.

Además, es necesario llevar a cabo una serie de buenas prácticas, como, por ejemplo, la de no tirar elementos líquidos al interior del cubo o limpiar este con relativa frecuencia.

Horno y microondas

A veces pensamos que. al ser elementos que trabajan a altas temperaturas, en el interior de horno y microondas los restos de comida se eliminan y, en consecuencia, los malos olores dejan de existir. La realidad es muy alejada de este supuesto y, precisamente por ello, es frecuente que ambos aparatos terminen desprendiendo mal olor. Además de que pueden repercutir en un mal sabor de los alimentos.

Continúa tras el anuncio

De nuevo, además de una adecuada ventilación tras cada uso, conviene realizar limpiezas profundas cada tres semanas o cada mes. Para ello, debemos usar productos específicos, que no dejan restos de partículas y que garantizan que, al cerrar de nuevo ambos electrodomésticos, no se empezarán a producir aromas desagradables.

Despensa, nevera y cajones de verduras

Una mala organización de la nevera o la despensa provoca que olvidemos que tenemos algunos alimentos que, por no hacer uso de ellos, terminarán por descomponerse, degenerar y provocar malos olores. Sobre todo si pensamos en elementos frescos como frutas y verduras. Así pues, parece que será inteligente colocar estos alimentos en primer lugar, independientemente de que sean los que más usemos o no, a fin de comprobar su estado con cierta periodicidad. Nada es más desagradable que el olor de una cebolla que se ha empezado a pudrir y que es ilocalizable por estar al fono del todo en la despensa.

Del mismo modo, y aunque es algo que provoca mucha pereza, pues es una tarea que requiere tiempo, hemos de limpiar la nevera y la despensa con frecuencia. Sacar todos los alimentos y desinfectar a conciencia con lejía y/o amoniaco. Pensemos que allí donde se cumula comida no es descartable que puedan aparecer insectos o roedores, es decir, pequeñas plagas que pueden generar problemas serios en el hogar.

Zapatero

No es una noticia revelar que el calzado no huele bien. Por más que se trate de zapatos especialmente ventilados y con un nivel de transpiración alto, la ropa con la que cubrimos nuestros pies siempre desprende mal olor. Por tanto, agrupar zapatillas y botas en un mismo mueble puede ser muy mala idea si no llevamos a cabo una serie de cuidados concretos.

Por un lado, es recomendable airear el calzado siempre tras usarlo. Además, antes de guardarlo, conviene tratarlo con polvos antiolor; en esencia, unos derivados del talco que, además de absorber la humedad, debido a su acción fungicida previenen la proliferación de hongos que, no sólo generarán mal olor, sino que, además, a la larga, provocarán que el zapato quede inservible.

Continúa tras el anuncio

Tabaco

Fumar en el interior del hogar genera un olor desagradable que, además, parece incrustarse en tejidos y superficies. La medida más recomendable será fumar siempre en exteriores (terrazas y patios); de esta manera, además, evitaremos que se amarilleen las superficies. Si esta alternativa no es viable, la disposición de humidificadores o elementos absorbeolor puede ayudar a mitigar el aroma a humo en el ambiente, pero, lamentablemente, siempre habrá un leve tufo a tabaco.

Humedades

Las manchas de humedad en paredes o techos pueden hacer que una vivienda resulte inhabitable. Cuando estas son abundantes y se manifiestan en un estado avanzado de desarrollo generan un mal olor que no es mitigable si no se atacan las causas que las provocan. Por lo tanto, esta será la primera medida a tomar, ya que, de lo contrario, si no eliminamos el foco generador de la humedad, es muy probable que, pasado un tiempo se regenere.

El baño huele mal todo el tiempo: ¿qué hacer?

Los motivos por los que un baño puede generar mal olor son múltiples.

Mala ventilación

La más habitual de las causas de mal olor en baños y aseos es que se trate de un espacio poco o mal ventilado. Con frecuencia son elementos que carecen de ventanas o que, si las tienen, son de reducidas dimensiones, por lo que, para airearlos, es necesario dejar abierta la puerta de acceso, con lo que se propaga la humedad y, tras su uso, el mal olor. Así, lo normal es dejarlos siempre cerrados, por lo que el problema se acrecienta.

Una buena alternativa es la de colocar extractores de olor por acción mecánica, una especie de elementos absorbedores que se disponen en los techos y que se activan a la vez que la luz del baño (incluso pueden seguir funcionando tras apagarla), por lo que garantizan la mitigación del mal olor.

Continúa tras el anuncio

Tubería general sin ventilación

Si la bajante general de un edificio está atorada o mal ventilada, es posible que el olor que se genere dentro se libere en el baño a través del retrete, ya que la pieza clave encargada de evitar estos malos olores en las tuberías, el sifón, no puede realizar su trabajo. La única forma de identificar si este es el problema será acceder a la instalación de las tuberías afectadas y proceder a desatascarlas. Dado que se trata de un elemento común del edificio, seguramente habrá que poner el problema en conocimiento de la comunidad de propietarios para que se le pueda poner solución adecuada.

Fuga en las tuberías del retrete

Si las tuberías del retrete o el propio sanitario no están bien sellados, es posible que se filtren olores del interior. Por lo tanto, es necesario revisar la instalación completamente y devolverle su estanqueidad con silicona u otro material aislante o sustituir las tuberías si se han deteriorado en exceso.

Obstrucción en las tuberías

Suele ocurrir cuando se ha tirado algo por el retrete que se ha atascado y ha comenzado a descomponerse. Por supuesto, lo ideal es que esto no se produzca y que no se utilice el wc como una papelera de residuos, pero, en el caso de que el problema ya se haya generado, habrá que recurrir a productos químicos especializados o desatascadores físicos.

Por qué huele mal cada vez que pongo la lavadora o el lavavajillas

En ambos casos la causa suele ser la misma: falta de limpieza y acumulación de residuos. Sin embargo, las recomendaciones para evitar que el mal olor se produzca difieren ligeramente.

Lavadora

  • Dejar siempre abiertos la puerta y el cajón del detergente después del lavado.
  • Realiza, cada mes, un lavado a alta temperatura (70 – 90 °C) como forma de eliminación de residuos acumulados.
  • Cada 6 meses, realizar un lavado con vinagre blanco durante un ciclo en vacío, para eliminar el exceso de cal acumulado.
  • Limpiar el cajón de detergente con la ayuda de un cepillo de dientes.
  • Limpia el filtro una vez al mes. Así evitaremos que se obstruya.
  • Limpia la junta de goma de la puerta si está sucia o acumula moho.

Lavavajillas

  • Usar vinagre como desinfectante y limpiador, en un ciclo de lavado completo con el lavaplatos vacío.
  • Utilizar la piel de cítricos como ambientador. Será necesario meterlas en una bolsita o introducirlas en el compartimento para los cubiertos.
  • Emplear bicarbonato. Neutraliza los aromas y no daña al aparato.
  • Limpiar la puerta del lavavajillas por dentro y sus paredes interiores.
  • No dejar la vajilla sucia en el interior del electrodoméstico demasiado tiempo.
  • Enjuagar siempre los platos, los cubiertos y los vasos antes de meterlos dentro del lavavajillas.
Suscríbete
Notificación de
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios