Un electrodoméstico estropeado siempre es un motivo de preocupación en un piso de alquiler, sobre todo porque nos preguntamos quién tiene que pagarlo. Pero si además se trata de un electrodoméstico que utilizamos con mucha asiduidad, como la lavadora, el problema es aún mayor.
Si has intentado abrir la puerta de la lavadora y ésta se encuentra atascada, ¡que no cunda el pánico! Te contamos por qué sucede esto y cómo puedes abrir la puerta de la lavadora fácilmente.
Por qué la puerta de la lavadora no se abre: causas y soluciones
Si tu lavadora permanece bloqueada y no puedes abrir la puerta es porque tiene un problema común en estos electrodomésticos, si bien la avería puede tener diferentes causas. Estos son los principales motivos por los que la puerta de la lavadora no se abre y sus soluciones.
No se ha podido quitar el agua
Las lavadoras con cierre magnético bloquean sus puertas por seguridad cuando el aparato detecta que todavía queda agua dentro. Sabrás si tu lavadora es de este tipo cuando la pongas en marcha: se oirá un sonoro «clack» cuando comience a trabajar, sonido que se repetirá cuando termine el programa de lavado.
Si tu modelo necesita esperar un par de minutos antes de abrir la puerta al finalizar el programa, este no es el problema. Esto sucede en las lavadoras más modernas; las antiguas se pueden abrir incluso cuando tienen agua dentro.
Solución: para comprobar que este es el problema, inicia un programa de vaciado directo o centrifugado directo y verifica que el agua se va y no hay un atasco o bloqueo impidiendo el desagüe. Si no se vacía, puedes abrir la tapa del filtro (o usar la manguera fina que hay al lado de la tapa) y quitar el agua poco a poco, con trapos absorbentes y un cubo. Al encender de nuevo la lavadora y seleccionar un programa, se desbloqueará.
Se ha roto la maneta de la puerta
En la mayoría de modelos hay que esperar un par de minutos cuando finaliza un programa de lavado hasta que se libera el bloqueo de seguridad. Si se fuerza la apertura antes de que haya transcurrido este tiempo, se rompe la manera y se bloquea la puerta, ya que el pestillo con forma de gancho que se introduce en el orificio no se puede accionar.
Si notas que el movimiento de la manera de la puerta de la lavadora es muy suave y no ofrece resistencia, como si no accionara nada, lo más probable es que se haya roto.
Solución: pasa un alambre fino y resistente o un fleje de plástico, en posición vertical, entre la puerta y el chasis de la lavadora, haciendo fuerza sobre el pestillo. Intenta desplazarlo para liberar el cierre que está por dentro. También puedes quitar la tapa de la lavadora e intentar llegar hasta el cierre con la ayuda de un destornillador plano. Antes de optar por una de estas dos soluciones, desenchufa siempre la lavadora y espera dos o tres minutos antes de manipularla.
Se ha roto el blocapuerta o cierre de puerta interno
Si la maneta no está rota pero sí lo está el cierre de puerta interno, el pestillo se moverá, pero el cierre interno se quedará trabajo, sin deslizarse ni liberar el pestillo, bloqueando así la puerta de la lavadora.
Solución: da unos golpes firmes sobre la zona de la maneta, encima de la posición donde el pestillo entra en el cierre, para intentar destrabar el cierre interno. Recuerda desenchufar la lavadora y esperar dos o tres minutos antes de hacerlo. Por lo general, funciona al cabo de pocos intentos.
Qué hacer si no podemos abrir la puerta de la lavadora
Si no puedes hallar el problema o te vez incapaz de abrir la puerta de la lavadora hagas lo que hagas, no te queda otra que llamar a un técnico o hablar con el casero para que éste acuda a su seguro y revisen el problema.
Quedarte sin lavadora es todo un engorro, ya que se trata de un electrodoméstico indispensable que garantiza la habitabilidad de la vivienda. De hecho, esta reparación, igual que la de la caldera o la nevera, corre a cargo del propietario a no ser que se debe a un mal uso o daño intencionado por parte del arrendatario.
Según el artículo artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos:
Artículo 21 de la LAU – Conservación de la vivienda
El arrendador está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido, salvo cuando el deterioro de cuya reparación se trate sea imputable al arrendatario a tenor de lo dispuesto en los artículos 1.563 y 1.564 del Código Civil. La obligación de reparación tiene su límite en la destrucción de la vivienda por causa no imputable al arrendador. A este efecto, se estará a lo dispuesto en el artículo 28.
Por lo tanto, el propietario tiene la obligación de reparar los electrodomésticos que garanticen las condiciones de habitabilidad de la vivienda, salvo por un mal uso o daño intencionado por parte del inquilino.